Proponen implementar programa para la conservación de la biodiversidad de la Península de Mejillones

La implementación de un programa de acción para la conservación de la biodiversidad y el desarrollo sustentable de la Península de Mejillones, es una de las medidas propuestas tras el término del estudio básico “Diagnóstico ambiental y manejo sustentable de Península de Mejillones”, que financió el Gobierno Regional de Antofagasta a través del Fondo Nacional de Desarrollo Regional (FNDR) y que coordinó la Secretaría Regional del Medio Ambiente.

La iniciativa, que consideró una inversión superior a los 157 millones de pesos, fue ejecutada por el Centro Científico CEAZA con el patrocinio de la Universidad Católica del Norte y tuvo como objetivo diagnosticar ambientalmente el ecosistema marino y costero de Península de Mejillones, con el propósito de desarrollar prácticas de manejo sustentable en el área de estudio.

El programa para la conservación de su biodiversidad propuesto, busca sentar las bases para la continuidad de este Diagnóstico ambiental, a través de la ejecución de un conjunto de proyectos en el ámbito medioambiental y productivo, con un fuerte enfoque sustentable, incorporando los conocimientos, criterios y experiencias generadas en su desarrollo.

Asimismo, aunará los intereses de los actores relevantes del lugar (habitantes y trabajadores) y reflejará el interés del Ministerio del Medio Ambiente y del Gobierno Regional de Antofagasta sobre la sustentabilidad del sitio.

Según señaló el seremi del Medio Ambiente de la Región de Antofagasta, Ramón Aréstegui, durante el desarrollo de la iniciativa FNDR se realizaron procesos participativos con la comunidad y se ejecutaron acciones de manejo enfocados  en los objetos de conservación.

Resultados Diagnóstico ambiental

Entre los objetos de conservación que el proyecto recomendó priorizar se encuentran las praderas de macroalgas; zonas de distribución o presencia de cetáceos y mamíferos marinos; zonas de nidificación y aposentamiento de aves marinas y el banco de ostión del sector La Rinconada.

Aréstegui explicó que de acuerdo a los resultados del estudio, “se observa un importante proceso de intervención en las praderas intermareales de algas pardas, que si bien no muestran un deterioro mayor en sus poblaciones, los efectos sobre las especies asociadas al bosque podrían ser importantes en el mediano plazo, ya que éstas sirven de refugio o “sala cuna” para distintas especies durante sus estadios de desarrollo”.

Agregó que entre las amenazas identificadas se encuentran los efectos adversos de las actividades turísticas no planificadas, las que no consideran aspectos de sustentabilidad como es el tránsito de vehículos motorizados por áreas de nidificación de aves, junto con las actividades de extracción ilegal de recursos hidrobiológicos, como los bosques de algas pardas y ostiones en la Reserva Marina La Rinconada.

En ese contexto, Aréstegui manifestó que es preocupante el uso inadecuado que se ha dado a los espacios del área prioritaria, porque existiría una interferencia entre actividades y procesos ecológicos relevantes, por lo cual es de gran relevancia realizar una adecuada gestión de la Península y fortalecer la educación de los usuarios directos de este espacio.

“También –continuó- se presentan problemas en el manejo de residuos en espacios libres y la presencia de perros abandonados que afectan la fauna silvestre, entre los resultados más relevantes”, destacó la autoridad ambiental.

Participación ciudadana             

El seremi del medio ambiente precisó que durante el desarrollo del proyecto se implementó un programa de difusión, con el fin de sensibilizar y educar a los diversos usuarios del sector, ya sea a nivel local, comunal y regional, con respecto a la biodiversidad terrestre y marina del sitio prioritario, su valor cultural y arqueológico.

“Los procesos participativos –dijo-  permitieron establecer y priorizar servicios ecosistémicos que incluyen servicios de aprovisionamiento (provisión de recursos marinos, praderas de algas,  fuentes de energía alternativas); soporte  (Praderas de algas como refugio para otras especies); servicio cultural (recreación/turismo) y servicio de regulación (regulación climática/oceanográfica y control biológico de vectores)”, puntualizó

El estudio capacitó periódicamente a pescadores y organismos públicos, para generar, de manera piloto, acciones de manejo para la sustentabilidad de los recursos. Además, se comenzó a trabajar con los operadores turísticos y los pescadores, en la línea de turismo consciente y responsable, así como en el involucramiento de estos usuarios en la recopilación de información relevante para la protección de las costas chilenas a través de la ciencia ciudadana.

Cabe destacar que la Secretaría del Medio Ambiente de la Región de Antofagasta realizará las gestiones correspondiente para la obtención de los recursos que permitirán implementar dicho programa de acción para la conservación de  la biodiversidad y  para el desarrollo sustentable de la Península de Mejillones, el cual tendrá como eje principal la educación, el desarrollo económico a través de un turismo sustentable, el manejo adecuado de residuos y el fortalecimiento de la investigación científica.

La Península de Mejillones es considerada en la Estrategia Regional de Biodiversidad (2002), como un sitio prioritario para la conservación de la biodiversidad, debido a su patrimonio natural y arqueológico.

En ella es posible apreciar objetos singulares con relevancia para su conservación, como por ejemplo: las algas pardas y las áreas de alimentación; reproducción y descanso de aves y mamíferos marinos, entre otros.

La importancia de las algas en el mar es que son estructuradoras de comunidades para otras especies, similar a los bosques en la tierra que dan refugio y proporcionan alimento.Las algas pardas, al igual que los peces y mariscos, son recursos que están siendo fuertemente explotados.

 

 

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Publicado en Noticias, Región de Antofagasta, Regiones.