Podríamos llegar al 40% de la matriz energética en 2030

Hace una década las energías renovables no convencionales (ERNC) no convencían cuando se hablaba de generación eléctrica. Si bien se les reconocía ser más limpias y tener un menor impacto ambiental que otras formas de generación, lo cierto es que factores como el bajo aporte a la matriz energética dudas en la continuidad del suministro y los altos costos de operación las convertían más bien en una mera apuesta.

Hoy, el escenario cambió, de la mano del avance tecnológico y un mayor desarrollo de la capacidad de generación. Ello ha colocado a esta alternativa en una posición mucho más competitiva y con mejores herramientas para atraer a los inversionistas.

Al menos así se desprende del informe «Tendencias globales en la inversión de energías renovables», elaborado por el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) dado a conocer hace unas semanas.

Dicho análisis reveló que la inversión mundial en este tipo de energías creció el año pasado en cerca de 17% respecto de 2013, llegando a US$ 270.000 millones. Este aumento se explica por la mayor expansión de instalaciones solares en China y Japón, y por las inversiones récord en energía eólica.

La disminución de los costos de la tecnología. en tanto, significa que cada dólar invertido en energía renovable compró mayor capacidad de producción. En efecto, en 2014 hubo 103 GW de capacidad eléctrica adicional lo que convirtió al año que recién pasó en un período récord en términos de capacidad eléctrica instalada nueva.

El estudio evidenció, además, que las renovables contribuyeron con 9,1% de la generación mundial de electricidad, 0,6% más que en 2013.

La situación también se está replicando en Chile, pues el país avanzó un lugar en el ranking mundial que mide cuáles son los mercados más atractivos para invertir en ERNC elaborado por EY. Además, al 31 de marzo se registraban 2.242 MW en operación, liderados por las plantas eólicas y solares, representando 11,17% de la capacidad instalada.

El director ejecutivo de la Asociación Chilena de Energías Renovables (Acera) Carlos Finat, evalúa de manera positiva este avance y asegura que la práctica deja en evidencia que Chile llegará a tener el 20% de su matriz energética compuesta por ERNC en torno al año 2020. «Puede ser un poco antes un poco después, pero dado el avance que hay hoy, donde ya se logró el 10%, que era la meta original para 2024, pensamos que ese 10% adicional se va a lograr dentro de los próximos 5 años», subraya.

-Si la meta «20/25» fijada en 2013 se alcanzara en 2020, ¿cuál es la proyección de crecimiento entonces para 2025?

-Hacer proyecciones en este sector supone un desafío especial, porque son tecnologías que siguen siendo desarrolladas muy activamente a nivel mundial y, por lo tanto, permanentemente se están logrando avances en costos más eficientes, nuevas tecnologías capaces de producir más energía con la misma inversión. Creemos que para 2025 Chile seguirá liderando en el sector ERNC con inversiones en energía eólica y fotovoltaica, pero habrá una penetración importante de algunos ausentes, como la geotermia donde Chile tiene un tremendo potencial. Con las nuevas licitaciones tendremos la oportunidad de que ingresen estas nuevas energías y con eso podríamos tener unos cientos de megawatts de energía geotérmica funcionando a 2025.

Nuestros análisis y algunos estudios de terceros respecto de participación de la matriz nos indican que a 2025 podríamos estar entre 25% y 30% para llegar al 40% en 2030.

-¿Qué rol juegan en esta estimación los cambios normativos introducidos el año pasado?

-Son muy relevantes y no en el sentido de que el sector de ERNC adquiera determinadas ventajas o nichos, sino que se va logrando lo que buscábamos hace mucho tiempo: tener una cancha pareja para todas las energías que todos seamos evaluados con la misma vara al momento de las barreras que puedan existir a la conexión, al financiamiento o al tratamiento comercial. En esas condiciones el aspecto regulatorio es fundamental.

CAMBIO LENTO, PERO SEGURO

-¿La Agenda de Energía del Gobierno va en la dirección correcta?

-Totalmente en la dirección correcta. Vemos que en la licitación de distribuidoras las renovables pueden participar con un riesgo un poco mayor, pero comparable al riesgo de los generadores convencionales. El resultado es que la oferta en la última licitación es US$ 8 más barato que el promedio de las ofertas convencionales. Eso en dinero significa que los consumidores chilenos, por el hecho de que participaron fuentes renovables no convencionales, se van a ahorrar a lo largo de los 15 años de ese contrato unos US $ 360 millones.

Tenemos también que el mercado de los clientes libres se ha ido abriendo y ahí ha habido una compresión sobre de qué modo pueden comprar ERNC de manera eficiente y eso está ocurriendo.

Es un cambio lento, las modificaciones legales hay que hacerlas con mucho cuidado y no de forma precipitada, pero está ocurriendo y los resultados se están viendo.

-¿Cuáles son las principales debilidades que advierten para lograr un mayor avance?

-Vemos dos debilidades: el acceso a la conexión y transporte en el sistema de transmisión, pues tenemos un sistema de transmisión que está retrasado en sus inversiones probablemente 5 a 8 años. Eso hay que abordarlo y se está haciendo a través de las modificaciones a la Ley de Transmisión y con el énfasis que se le ha puesto a la expansión del sistema troncal. Esa probablemente es la principal materia regulatoria.

La otra es la necesidad de incorporar en Chile todas las metodologías, tecnologías métodos adecuados para que operen en forma eficiente y combinada la generación convencional con la generación renovable.

Cada una tiene características técnicas distintas, entonces la clave es ver cómo lo han hecho eficiente países de alta penetración de ERNC, como EE.UU., España. Italia o Alemania, donde hay una operación armónica entre centrales a carbón, a gas. hidroeléctricas y las renovables.

Publicado en La Segunda 

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