El Parque Nacional Torres del Paine es uno de los centros turísticos más importantes de Magallanes, pero además es un gran reservorio de biodiversidad, la cual lamentablemente fue afectada por un voraz incendio entre diciembre de 2011 y febrero de 2012, el cual afectó 17.054 hectáreas, a lo que se deben sumar otros sectores afectados que están fuera del área del parque nacional.
Luego de la gran pérdida, el Ministerio del Medio Ambiente (MMA) decidió aplicar un Plan de Restauración Ecológica, que es una actividad que busca iniciar o acelerar la recuperación del ecosistema dañado. Esta restauración está enfocada en reestablecer las características del ecosistema que fue alterado, tanto en su función, integridad y capacidad de resistir futuras perturbaciones. Esto lo hace ser un sistema mucho más complejo y eficiente que la reforestación, ya que ésta sólo busca reponer la cobertura vegetal perdida.
“La restauración ecológica es una técnica mucho más completa que la reforestación, ya que busca reponer todo lo que había antes en ese ecosistema, tanto en especies vegetales como animales y además busca evitar futuros daños», explicó el seremi del Medio Ambiente de Magallanes, Claudio Casiccia.
La autoridad regional precisó que la medida «también ayuda a identificar cuáles son las acciones prioritarias para la recuperación de los ecosistemas, lo que conlleva a utilizar de mejor manera los recursos disponibles. El Plan de Restauración Ecológica es el primero que se realiza en Chile e incluye el trabajo de distintos actores locales y nacionales, quienes están trabajando en la evaluación post-perturbación y actividades de restauración activa en varios ecosistemas como el bosque, estepa y otros”.
Actualmente el Plan de Restauración del MMA está en su fase II a cargo de profesionales de la Universidad de Magallanes (UMAG), quienes estarán trabajando hasta abril en terreno realizando diversas actividades como: colectar muestras de suelo para el inventario del banco de semillas, instalar cámaras trampas para el monitoreo de macro mamíferos, evaluar el crecimiento de las plántulas en sitios reforestados y re introducir especies poco resistentes al fuego, con fines de restauración activa.
Parte del plan es contar con un banco de semillas, el cual está a cargo del Laboratorio de semillas del Servicio Agrícola y Ganadero (SAG), para tener el reservorio genético de la mayor cantidad de especies vegetales que habitan el parque, sobretodo de aquellas más sensibles ante eventos como este último incendio, para así poder recomponer los ecosistemas en el caso que sean dañados en el futuro.