“Este programa ha significado muchísimo para mí y para mi hija, ya que nuestra calidad de vida mejoró al cien por ciento”, comenta Denisse Mayer, una de las vecinas de Coyhaique que fue beneficiada con el programa ‘Rehabilitación Energética de Viviendas Existentes en la región de Aysén’. La iniciativa del Ministerio de Energía consideró una inversión cercana a los $146 millones, fue ejecutada a través del Ministerio de Medio Ambiente y benefició a 17 familias de la capital regional.
“El programa de Rehabilitación Energética de Viviendas significó un gran cambio en la calidad de vida de las familias beneficiadas. Trabajamos en sus viviendas reduciendo notablemente la demanda energética. Asimismo, es un buen ejemplo de que el trabajo multisectorial, en este caso de los Ministerios de Energía y Medio Ambiente, genera resultados muy concretos”, explica el Seremi de Energía, Juan Luis Amenábar.
En el caso de Denisse, esta iniciativa mejoró su vida y la de su hija Anais, de 11 años de edad. Esta madre coyhaiquina, indica que “mi hija tiene algunos problemas de salud, así que esta intervención de nuestra casa fue muy beneficiosa para ella. Ahora su pieza tiene una ventana y luz natural. Además, quedó con una salida directa hacia el patio, con la medida justa para que pase su silla de ruedas”.
Sobre la renovación integral que se le realizó a su vivienda, señala que “el ahorro en calefacción bajó un 50%. Antes necesitaba como dos ‘camionetadas’ de leña al mes para tener temperatura adecuada dentro de la casa, pero ahora, usando pellet, estoy gastando como 50 mil pesos al mes, estando todo el día en la casa durante esta pandemia. Me gustó la innovación del programa, la lana de oveja y las tejuelas de lenga, ya que le dieron una nueva estructura a mi casa por fuera y quedó hermosa. Estoy muy agradecida de las personas que hicieron posible este proyecto y que siguen en contacto para saber cómo estamos”.
Para la Seremi de Medio Ambiente de Aysén, Mónica Saldías, “intervenir estos hogares nos permite obtener información relevante a través de mediciones que se hicieron en las viviendas. Así, podemos impulsar acciones e incentivos hacia el mejoramiento térmico de las casas, contribuir con el ahorro de energía, calefacción sustentable y con la descontaminación del aire de nuestra ciudad”.
Otra de las beneficiadas es Solange Díaz, a su casa le instalaron ventanas con termopanel y se le hizo un revestimiento térmico. “Noté un cambio enorme, la casa está más cálida, ya no se pierde calor. Cambié la estufa a leña por pellet y en el mes de julio, cuando más gasté en calefacción, igual me salió más barato que con la leña. Ya no tenemos humo en la casa, no nos levantamos en la mañana a hacer fuego, es mucho más fácil. Además, nos enseñaron muchas cosas sobre eficiencia energética, ventilación y contaminación. Me gustaría seguir aprendiendo y participando en otros programas”, comenta Solange.
El acondicionamiento térmico realizado en las casas beneficiadas con el programa, incluyó intervenciones en los techos, muros y ventanas. En algunas viviendas se trabajó con paneles solares fotovoltaicos, en otras con ventilación mecánica, se realizó recambio de calefactores, de grifería para el ahorro de agua y mejoras de iluminación. Fueron utilizadas algunas técnicas locales como, por ejemplo, el uso de lana de oveja como aislante en muros y el uso de tejuelas de lenga, mejorando notablemente la calidad de vida de las familias.
Actualmente, en las casas que fueron intervenidas, se sigue monitoreando y midiendo el nivel de CO2, ruido, temperatura y humedad ambiental, para tener datos duros y comparar el antes y el después en relación al consumo energético.