El ministro del Medio Ambiente, Pablo Badenier, encabezó hoy el lanzamiento de la publicación del Plan de Adaptación al Cambio Climático en Biodiversidad, estrategia propuesta por su cartera en el marco del Plan de Acción Nacional de Cambio Climático, y aprobada por el Consejo de Ministros en julio pasado.
Su objetivo es fortalecer las capacidades del país en la protección y adaptación de su diversidad biológica y aminorar los impactos negativos de los cambios en el clima mundial. Es el segundo en su tipo del país, tras el plan de adaptación en materia silvoagropecuaria de 2013.
La publicación recién editada recopila las 50 medidas diseñadas en el plan para la adaptación de la biodiversidad del país al cambio climático. Se describen en forma de «fichas de acción», y constituyen un marco orientador para la futura implementación de la acción.
De ellas, un 22% corresponden a medidas de Planificación y Manejo Sustentable, un 19% a Medidas in situ y ex situ de Protección y Conservación, un 18% al Desarrollo de Capacidades, educación y sensibilización; 15% a Protección de hábitats y restauración de hábitats degradados, 9% a Investigación, 8% a Monitoreo, 6% a Manejo Sustentable de Recursos Naturales Vivos y 3% a Protección contra Especies Invasoras.
“El Gobierno provee, a través de este Plan de Adaptación al Cambio Climático en Biodiversidad, de un marco fundamental, coherente y oportuno para el accionar de la política pública sobre la materia, contribuyendo a ordenar prioridades, movilizar a los actores, desplegar las coordinaciones, obtener el financiamiento y los medios requeridos para salvaguardar la rica biodiversidad chilena, en beneficio de las generaciones actuales y futuras”, destacó el ministro Pablo Badenier durante su intervención en la ceremonia de lanzamiento de la publicación.
Vulnerabilidad
La importancia de este plan de adaptación radica en que la biodiversidad chilena es especialmente vulnerable al cambio climático. Estudios nacionales con concluyen que éste genera un estrés bioclimático que excede los rangos de tolerancia biológica de especies y ecosistemas más vulnerables, afectando su presencia y distribución geográfica, así como los servicios ecosistémicos que ellos brindan.
Más aún, la gran mayoría de las 1447 especies de flora terrestres y 67 especies de fauna analizadas presentarían reducciones en su área de distribución proyectada bajo futuros escenarios climáticos, incluyendo -en algunos casos- el peligro de extinción.