Mediante el proyecto “Con la energía del Inti cuidamos la Pachamama”, financiado por el Fondo de Protección Ambiental (FPA) del Ministerio del Medio Ambiente, y ejecutado por la Comunidad Indígena Diaguita de Chanchoquin Chico, 15 familias de la comunidad cuentan con termos solares, con los que se busca reducir las emisiones de CO2 mediante la disminución del consumo de leña en los hogares beneficiados.
La seremi del Medio Ambiente, Ingrid Aguad, respecto a la concepción y el desarrollo de este proyecto, expresó que corresponde a «un notable instrumento de participación ciudadana, uno de los puntos principales que buscamos en el Gobierno de la Presidenta Bachelet, considerando que el FPA es la instancia donde las comunidades, organizaciones y ciudadanía en general pueden convertirse en agentes de cambio para aterrizar los temas ambientales que nos interesan a todos”.
El proyecto contempló la construcción de 15 termos solares con una capacidad de 120 litros cada uno, que beneficiaron a 65 personas en forma directa. Además se consideró la capacitación de los beneficiarios en la utilización de energía solar, mediante talleres de autoconstrucción de los termos, e inducción en materias como energías limpias, uso eficiente de agua en el hogar, uso eficiente de leña y protección de la flora nativa, mediante charlas y plantación de árboles nativos a cargo de CONAF.
Cabe destacar que este proyecto fue premiado a nivel nacional, junto a otros nueve proyectos de todo el país, en el I Seminario Nacional de Experiencias Indígenas del Fondo de Protección Ambiental (FPA), desarrollado en Osorno cuyo premio fue entregado por el Ministro del Medio Ambiente, Pablo Badenier.
Antonia Mancilla, integrante y ex presidenta de la Comunidad Indígena Diaguita respecto al proyecto comentó que “para nosotros acá en el valle esto es innovador porque antes no se usaba la energía solar, -así es se nos presentó esta oportunidad y la tomamos-. El termo es principalmente una economía, porque ya no tenemos que andar pendientes de andar buscando la leña para calentar agua, porque a veces uno salía cansada en la tarde y había que ponerse de acuerdo para ver quien buscaba la leña, y ahora no. Con esto nos cambió la vida, y además no contaminamos”.