Conocida como la “defensora del bosque”, la botánica y ecóloga Adriana Hoffmann a sus 75 años, aún continua su lucha inagotable por la protección de la flora y fauna de nuestro territorio. En su autoexilio en Cachagua de más de una década, contesta con entusiasmo una entrevista para el Ministerio del Medio Ambiente, a semanas de la inauguración de la Academia de Educación Ambiental que lleva su nombre.
La ex directora ejecutiva de la Comisión Nacional del Medio Ambiente (Conama), autora de numerosos libros sobre ecología y reconocida en 1997 por las Naciones Unidas como una de las 25 líderes de medioambientales de la década, vibra con la idea de educar a la ciudadanía para crear una cultura nacional de la sustentabilidad. Con una educación ambiental que sea de excelencia, cuyo objetivo sea desarrollar actitudes y valores que nos permitieran como sociedad, ser más responsables y respetuosos del medio natural, social y cultural en el cual existimos.
“La creación de esta academia de formación ambiental es la concreción de un sueño. Los que me conocen saber que por muchísimos años este terma ha sido mi principal motivo de interés y trabajo con el cual busco aportar”, confesó la científica, durante el lanzamiento de la Academia de Educación Ambiental del MMA. Esto porque Adriana cree que la educación ambiental es imprescindible para formar ciudadanos conscientes, capaces de participar activamente –con conocimiento científico y cultura cívica-, en las distintas actividades en que se requiera de la participación ciudadana tanto respecto de su papel en la protección de los ecosistemas naturales, como en la resolución de los conflictos ambientales.
Un milagro de la naturaleza
Los libros de Adriana Hoffman son la expresión más palpable del trabajo laborioso que realizó esta científica durante décadas en la protección ambiental de la flora y fauna, a través de dar a conocer a la ciudadanía la existencia de diferentes ecosistemas. En “educar a los chilenos en temas de ecología y biodiversidad”, como ella misma lo define. Sus libros actualmente son guías de terreno para estudiantes de botánica, pero también para quién se interese en descubrir la flora y fauna de un lugar.
La educación ambiental para Adriana Hoffman tiene que hacerse teniendo en cuenta su triple dimensión: cerebro, corazón y cuerpo. Es por esto que la formación ambiental enfrenta hoy un gran desafío, asegura: desarrollar un método que combine esas tres dimensiones esenciales al ser humano, internalizando los valores de respeto y admiración por la naturaleza. “Estoy convencida de que la forma más efectiva de hacer educación ambiental es hacerlo en la naturaleza misma y a todo nivel”.
¿Es decir debería enseñarse desde la educación básica?
– Me parece maravilloso. Es una idea que he estado madurando y promoviendo desde hace muchos años. Todos los esfuerzos que se hagan para educar ambientalmente a los escolares, desde la sala cuna a la enseñanza media serán bienvenidos, para ir formando un ciudadano responsable y ético. Últimamente también he estado llevando adelante la idea de impartir educación ambiental obligatoria en los primeros años en todas las universidades y centros de educación superior del país. Esta idea forma parte de las propuestas que presenté en el acto inaugural de la Academia de Formación Ambiental Adriana Hoffmann, el 26 de agosto recién pasado.
Estas son sus propuestas y “esperanzas”, que la científica tiene en torno a la educación ambiental.
1.- Para para colaborar a mejorar la calidad de la educación escolar pre-básica, básica, media y también a la educación técnica propongo:
Recuperar el Centro Cantalao Precordillera para sus objetivos y misión, con el fin de volver al menos, al “momentum” que tuvo en su punto culminante. Esta propuesta no será demasiado difícil de implementar y que solamente será necesario aunar esfuerzos.
2. Para la educación universitaria, cuya estructura básica está en revisión y para la que se está elaborando y perfeccionando una legislación ad hoc, propongo:
Hacer obligatorio en todas las universidades y centros de educación superior de Chile, impartiendo cursos de educación ambiental en el que se incluyan similares temas prioritarios de los que se están proponiendo en esta Academia de Educación Ambiental, además de algunos otros temas que pudieran resultar de interés, como conservación de la biodiversidad, Snaspe, energías renovables, cuidado de los océanos, etc.
3. Educación cívica en las universidades propongo:
Hacer obligatorio, en todas las universidades de Chile, un número de horas semanales docentes para desarrollar un programa de educación cívica que incluya temas de legislación, preparación para la nueva constitución y la asamblea constituyente, derechos humanos y educación para la participación ciudadana.
“Pienso, sinceramente, que estas propuestas podrán contribuir en la formación integral de un mejor ciudadano mejor, más amable, más respetuoso, menos violento y con mucho amor por Chile”, concluye la botánica.