Especies emblemáticas como el pingüino de Humboldt y el delfín nariz de botella, que habitan en la zona de Punta de Choros, podrían ver comprometida su presencia en la zona, indica un investigador del Centro de Estudios Avanzados en Zonas Áridas (CEAZA) y miembro de la iniciativa.
La combinación de costa, valle y montaña le ha brindado, a lo largo de la historia, un sello distintivo a la Región de Coquimbo. Precisamente, en estos parajes únicos también habita una flora y fauna exclusiva de Chile y el mundo, y que a la luz del avance del cambio climático, se encuentra ad portas de sufrir drásticos cambios.
Esta biodiversidad ha sido uno de los focos de estudio del proyecto AdaptaClim, encabezado por el Centro Científico CEAZA y que se enmarca en la iniciativa para la Construcción de Capacidades en Transparencia en Chile (CBIT), financiada por GEF (Global Enviroment Facility) e implementada por el PNUMA (Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente) y ejecutada, a través de su Oficina para América Latina y el Caribe, a solicitud expresa del Ministerio de Medio Ambiente de Chile.
El Seremi del Medio Ambiente Leonardo Gros, destacó que “el Comité Regional de Cambio Climático está cumpliendo lo mandatado por ley, tomando medidas urgentes a corto y largo plazo, basadas en el conocimiento científico y de los compromisos sectoriales, que nos permitirá contar con un Plan de Acción Regional que identificará los riesgos climáticos y la capacidad de resiliencia de los territorios, lo cual es extremadamente importante en el escenario que enfrentaremos en los próximos años.”
Equilibrio que se altera y biodiversidad regional
Cuando se rompe el equilibrio de los ecosistemas, sus contribuciones al planeta se ven disminuidas o desaparecen. ¿Y dónde radica la causa de este equilibrio? El cambio climático es una de las 5 principales causas de las alteraciones en la biodiversidad, lo cual repercute con mayor énfasis en la Región de Coquimbo, al ser una de las zonas de Chile y el mundo con la más alta concentración de especies endémicas; es decir, cobija a un ecosistema de flora y fauna propio y único en el planeta.
Al respecto, el Dr. Marcelo Rivadeneira, investigador del CEAZA, explica que uno de los principales efectos del cambio climático en la biodiversidad regional es la alteración de los patrones de distribución geográfica de las especies, “en la Región de Coquimbo, un incremento de la temperatura del mar podría traer aparejada la aparición de muchas especies que habitan en zonas más cálidas y la desaparición de otras que habitan en zonas más frías”, comenta.
De esta forma, aclara el experto, lo que estaría ocurriendo es un eventual recambio de especies, donde algunas van a permanecer, otras van a aparecer y algunas a desaparecer. Entre las que ya han aparecido se puede mencionar a los hidrozoos (medusas o fragata portuguesas), que proliferan en la costa por los cambios en las condiciones ambientales.
Es así como estos cambios ecosistémicos, “están afectando desde pequeñas formas como el plancton hasta las grandes ballenas, y así, especies emblemáticas de la Región de Coquimbo, como el pingüino de Humboldt y el delfín nariz de botella, que habitan en la zona de Punta de Choros, podrían ver comprometida su presencia en la zona”, subraya el investigador de CEAZA.
Adaptarse para un futuro sostenible
Identificar y entender las amenazas climáticas, así como factores que aportan a la vulnerabilidad y la exposición al cambio climático es una tarea urgente para diseñar e implementar acciones de adaptación. El proyecto AdaptaClim, con un foco regional, se adentra en riesgos específicos e impactos del cambio climático que afectarán en el futuro cercano la Región de Coquimbo.