En momentos donde existe un acuerdo sobre la necesidad de encaminar al país de manera concreta hacia “un desarrollo integral, sostenible, e inclusivo” de los territorios, la EAE como instrumento de gestión y planificación, se perfila como eficaz y eficiente para abordar nuevos desafíos.
Conversamos con Guillermo Espinoza, Geógrafo especializado en gestión ambiental, evaluación de impacto ambiental y evaluación ambiental estratégica; miembro del Centro de Estudios del Desarrollo (CED) que se encuentra realizando una consultoría para la Oficina de Evaluación Ambiental, con el objeto de analizar el uso y aplicación de la EAE, a fin de elaborar una propuesta que ayude a mejorar la efectividad del instrumento.
En el año 2010 y bajo una modificación legal, se incorporó la EAE como un apoyo a los procesos de desarrollo sustentable en Chile. Desde el 2015, el MMA cuenta con un Reglamento y una Guía de EAE basada en un enfoque estratégico.
A 10 años de su implementación, le preguntamos acerca de la importancia de la EAE en las políticas públicas. “El país ha instalado un poderoso instrumento que ayuda a pensar el futuro y en ese sentido, Chile ha acumulado experiencia concreta que le permitirá fortalecer las próximas aplicaciones para orientar el desarrollo sustentable en el diseño de políticas, planes e instrumentos de ordenamiento territorial”.
Respecto a cómo se perfila la EAE en el actual escenario, señaló que “en estos momentos es relevante dado que existe un acuerdo general frente a la necesidad de disponer de miradas que encamine al país hacia “un desarrollo integral, sostenible, e inclusivo”(…). “La EAE ha comenzado a poner en valor el enfoque territorial más allá de la sola evaluación de proyectos individuales, apoyando la transparencia en los procesos de toma de decisiones de manera participativa, con miradas integradoras y de largo plazo en línea con procesos de desarrollo sustentable”.
Sobre los impactos que podría tener la aplicación del instrumento en la elaboración de las políticas, Espinoza sostuvo que “es posible que una decisión estratégica cambie en el futuro debido a condiciones del contexto, o bien que existan nuevos requerimientos o escenarios desde la sustentabilidad, y no es conveniente iniciar su atención sólo cuando sea el tiempo de los proyectos. Su abordaje temprano, como ha sido el caso de la Política Energética, -que prontamente será actualizada con EAE-, nos permitirá detectar y acomodar las implicancias futuras, sobre la base de incidir en las decisiones, evitando riesgos y aprovechando bien las oportunidades”.
Consultado hacia dónde debemos orientar la Evaluación Ambiental Estratégica a nivel nacional, señaló que “sería importante fortalecer una cultura estratégica en el sector público con participación de los privados en un sentido amplio, además de extender las aplicaciones de la EAE a otras políticas y planes sectoriales relevantes”.
Finalmente dijo que “debemos hacer un análisis más profundo del comportamiento integrado de los territorios con una mirada transversal e intersectorial de las intervenciones junto a una mejor conexión de la EAE con las Evaluaciones de Impacto Ambiental, de manera de sincronizar ambos procesos pero sin confundir que son instrumentos con alcances distintos”.
Diferencia EAE -EIA
La EAE analiza una decisión estratégica de largo plazo y propone caminos sustentables para alcanzar lo deseado pero abordando los riesgos y oportunidades. En cambio, una EIA aborda una situación particular evaluando sus impactos ambientales significativos, para tomar medidas de compensación y mitigación frente a consecuencias indeseadas.