Un centenar de personas de instituciones públicas, academia, ONGs y representación de pueblos originarios, se reunieron este martes en un seminario organizado por el Ministerio del Medio Ambiente y WCS Chile, que relevó la necesidad de avanzar coordinadamente hacia una conservación efectiva del mar de Chile a nivel ecológico e institucional.
Este martes 25 de junio se llevó a cabo en Santiago el seminario “Las áreas marinas protegidas de la Patagonia: ¿cómo las integramos en una red efectiva de conservación? organizado por el Ministerio del Medio Ambiente y la ONG Wildlife Conservation Society en Chile (WCS Chile).
El encuentro permitió destacar avances y desafíos en gestión y planificación de la conservación y protección marina en un contexto de dispersión institucional, dificultades regulatorias y un presupuesto exiguo para la operación de las áreas marinas protegidas (AMP) de Chile, que representan más del 40% de su zona económica exclusiva.
Refiriéndose al avance de Chile en creación de AMP y a las oportunidades de pensar la conservación marina como un sistema integrado a escalas regional, nacional y de Cono Sur, abrió el seminario el Jefe del Departamento de Áreas Protegidas del Ministerio del Medio Ambiente, Diego Flores. La Directora de WCS Chile, Dra. Barbara Saavedra, relató el camino recorrido en la incorporación de prioridades de conservación en la planificación territorial y de sectores productivos, promovido por una multiplicidad de actores desde hace una década.
El CEO de WCS global, Cristian Samper, destacó la dirección de Chile en protección marina y el apoyo de la Fundación Waitt para promover el establecimiento de 45 AMP en 20 países, entre ellas la primera en Tierra del Fuego: Seno Almirantazgo. “Chile es un país privilegiado en cuanto a su riqueza natural y tiene la responsabilidad de conocerla y conservarla, por medio de propuestas basadas en ciencia y en coordinación con el Gobierno y otros actores”.
La oportunidad de pensar la conservación marina como un sistema conectado deriva de la situación actual: más de 11 instituciones públicas con facultades para hacer conservación y una insuficiente coordinación. Por eso Diego Flores no demoró en hacer un llamado a apoyar la creación de un Servicio de Biodiversidad de Áreas Protegidas por medio de la campaña promovida por la Sociedad de Ecología de Chile, y a la que se sumó el Ministerio del Medio Ambiente, #YOQUIEROSBAP. “Queremos transitar a un sistema integral, terrestre, de aguas continentales y marino; público y privado”, destacó en su presentación, enfatizando que “en Chile no existe una institución dedicada únicamente en la conservación de la naturaleza”.
Países de la región como México, Argentina y Costa Rica tienen larga trayectoria institucional para la conservación de la naturaleza y una asignación presupuestaria más acorde a sus desafíos en relación con Chile, que según datos de WCS Chile presentados por Claudia Silva, Coordinadora de Estrategias de Conservación de la ONG, se estima en 54 pesos por hectárea marina protegida, equivalente a 0,005% del PIB del país. Esto supone una brecha de financiamiento de un 98% respecto de los costos de operación de las AMP. Para avanzar en reducir esta brecha, Silva comentó distintos mecanismos alternativos y complementarios de financiamiento, destacando aquellos más factibles de implementar en Chile.
La mirada sociocultural de la conservación marina la aportó Luciano Hiriart, Director de Costa Humboldt, quien expuso sobre los Espacios Costeros Marinos de los Pueblos Originarios los que, en base a la Ley que reconoce usos y actividades ejercidas ancestralmente por los Pueblos Originarios, aportan al resguardo de los usos consuetudinarios y el manejo sustentable de los recursos marinos. Para Hiriart el trabajo en red permitiría alcanzar metas colectivas y definir estrategias regionales para el resguardo del patrimonio, fortaleciendo la gestión y potenciando a su vez la capacidad de acción de las comunidades locales.
Desde la generación de capacidades, la idea del trabajo en red es inherente a la Escuela de Gestión de AMP del Cono Sur, iniciativa inédita del Foro del Mar Patagónico y Áreas de Influencia que cuenta con el respaldo de los gobiernos de Chile, Argentina y Uruguay y tiene como objetivo aportar al fortalecimiento de capacidades de personal a cargo de la planificación y gestión de AMP en estos países. Erika Silva, del Servicio Nacional de Pesca y Alejandro Arias, de Vida Silvestre coincidieron en que la Escuela está satisfaciendo una demanda actual de capacitación para la gestión de AMPs en la región.
Queda abierto el alcance de una Red, que puede contener desde el trabajo en colaboración para la conservación del mar de Patagonia hasta una red ecológica entre AMPs, en donde se conserven no sólo las áreas protegidas sino los espacios circundantes clave como las rutas migratorias de ciertas especies. Sobre ello discutieron en un panel Miriam Fernández de ECIM-UC, Liesbeth van der Meer de Océana Chile, Cristina Torres de WWF Chile y Alex Muñoz, de National Geographic-Pristine Seas Latin America.
Torres destaca cierta experiencia internacional de redes de AMP, en tanto Muñoz cree que su efectividad depende de si verdaderamente una red logra optimizar los esfuerzos en conservación, considerando las presiones de intereses económicos en las rutas de especies entre áreas protegidas, como la amenaza de la salmonicultura en Patagonia. Para Miriam Fernández, para avanzar es necesario entender mejor la ecología marina y asociar este saber a la gestión de las AMP.