Actualmente existen entre 50 y 72 especies de orquídea en Chile, de un total que bordea las 30.000 especies diferentes en todo el mundo. Sus características pueden muchas veces ser tan similares que puede ser difícil diferenciar una especie de otra, especialmente cuando se generan híbridos entre dos especies distintas y otras veces pueden generar grandes diferencias ya sea por su altura, olor o tamaño de la flor.
El profesor del Instituto de Biología, de la Facultad de Ciencias de la PUCV, Cristian Atala, en conjunto a un docente de la Universidad de Concepción, están trabajando con una especie que se encuentra en peligro crítico de extinción y que se puede encontrar solo en las ciudades de Valparaíso y Angol.
¿Cuál es el trabajo qué está realizando en conjunto con el profesor de la Universidad de Concepción?
Tenemos una investigación conjunta de la Chloraea Disoides, que es una especie de orquídea que está a punto de desaparecer, ya que quedan menos de 50 plantas en todo el país. Nosotros tenemos la idea de llegar a producirlas para lograr que se comercialice como una planta de ornamentación y así poder evitar su extinción.
¿Qué labor cumple usted y él en la investigación?
En concepción, él tiene un laboratorio de biotecnología, por lo que se enfoca principalmente en los hongos que necesita esta planta para poder desarrollarse y yo me preocupo de ver cómo podemos lograr la germinación de semillas de orquídea en forma simbiótica o medios de cultivos en el laboratorio.
¿Por qué se encuentra en peligro de extinción esta especie de orquídea?
Esta planta se encuentra solo en la región de Valparaíso y en una localidad en Angol y lamentablemente el principal causante de su posible extinción sea el ser humano, ya sea por la contaminación, construcciones u otro tipo de cosas. Sin embargo, también se debe a que la mayoría de las poblaciones se ven afectadas por el ganado, ellos se comen los escapos florales y sin flores no hay fruto, sin fruto no hay semilla y sin semillas no hay nuevas plantas.
Aparte de estas dos causantes, debemos sumar que la mayoría de las plantas son muy viejas y sus semillas tienen un porcentaje muy alto de mortalidad. Solo un 1% de estas semillas son fértiles, algo que está muy por debajo de otras especies como la Bipinnula que es cercana al 80%.
La familia Orchidaceae o simplemente orquídeas, son plantas perennes, esto quiere decir que tienen un tubérculo bajo tierra que logran dar flores cada año aunque sus escapos florales hayan sido arrancados o destruidos por animales, el humano u otros factores.
De la misma manera, el profesor Atala, indicó que: «la mayoría de estas poblaciones están en lugares no protegidos por la ley, por lo que es muy difícil cuidarlas y llevar el control adecuado». En la misma línea, señaló que la falta de zonas protegidas se debe a que: «básicamente la legislación está hecha para que los biólogos no tengan injerencia en este tipo de temas. En general, la política está enfocada en otros puntos y tienen más que ver con el desarrollo económico que con el cuidado ambiental y la preservación».
¿Cómo saben que esta especie de orquídea solo se encuentra en Valparaíso y Angol?
Lo que hicimos fue realizar un trabajo de mapeo en un modelo computacional llamado modelamiento de nichos. Agregamos en un mapa los factores como el tipo de suelo, el clima, la humedad, temperatura y así generan áreas de predicción de lugares en donde podrían existir dado los datos de los lugares en que se sabe que existe.
Así fue como dimos con la población de Angol, la que se encuentra en un terreno privado que tiene un basural y en muy malas condiciones para su preservación. Con el programa también logramos hacer una proyección a 25 años, tomando en cuenta solo factores climáticos, y se determinó que la población en el sur desaparecería y solo quedaría la de Valparaíso.
¿Qué se puede hacer para cuidar esta especie de orquídea?
Lo mejor sería que existiera la voluntad política para que en Valparaíso se puedan crear zonas protegidas, pero primero es necesario que nosotros, los científicos, logremos generar los paper y conocimientos necesarios para enviar esta sugerencia al gobierno. Esto es precisamente lo que estamos haciendo en estos momentos con mi colega y se nos ha hecho bastante difícil, ya que cuando comenzamos con este proyecto, nos dimos cuenta de que existía muy poca investigación y documentación sobre este tema.
¿Qué tan avanzada está la investigación para lograr cultivar las Chloraea Disoides para su comercialización?
Con nuestra investigación logramos terminar un paper en el que logramos germinar tipos de orquídeas en varios medios distintos, aun cuando uno de los problemas para esto es que la orquídea necesita polinizadores externos para lograr la polinización. Por lo mismo hemos trabajado con autopolinización y polinización cruzada.
Si bien hemos logrado generar que muchas de estas semillas germinen en métodos asimbióticos, logrando muy buenos resultados, tenemos un problema. Al realizar el experimento en medios sin contaminantes, al pasarlos a la tierra estas se contaminan y la tasa de mortalidad es muy alta. Ahora estamos viendo como poder hacer el traspaso a un suelo sin que se contaminen o mueran.
Si bien ya se están dando avances para lograr en un futuro un trabajo a mayor escala, podría existir un pequeño rechazo por parte del sector privado, ya que el tiempo en que demoran estás plantas en madurar y crecer para lograr florecer es de 5 años. Un tiempo bastante largo en que los inversionistas no lograrían ver los frutos de la inversión. Sin embargo, el profesor Atala, señaló que: «Si bien el tiempo que se demora en florecer es extenso, a largo plazo podemos llegar a lograr que existan distintas plantaciones y así tener cultivos durante todo el año con flores».
Publicado en www.pucv.cl