Subsecretario Proaño recorre vivero de flora nativa del Museo de Historia Natural Río Seco financiado por el Fondo de Protección Ambiental

El subsecretario del MMA destacó la importancia de los FPA y señaló que “muchas veces son el puntapié inicial para generar cambios mucho más grandes en las comunidades”. 

Instalado en las dependencias del ex frigorífico Río Seco, el Museo de Historia Natural Río Seco alberga parte importante de la tradición de Magallanes. Durante el siglo XX, el recinto cumplió una función crucial en la economía regional gracias a las exportaciones de ganado que se realizaron a Europa y Asia, principalmente.

Pero en la actualidad el lugar aloja a uno de los principales museos de la zona. Este museo surgió con el objetivo de poner en valor el patrimonio natural y cultural de la región, dice su director Miguel Cáceres.

Además de las salas de exhibición con muestras de grandes cetáceos y de un laboratorio paleontológico, en 2020 el museo comenzó a realizar trabajos en el Jardín Botánico mediante la restauración ecológica de 3.000 m2. Esto se logró gracias a la donación de plantas nativas de CONAF y a la participación de la comunidad de Río Seco y Punta Arenas.

Junto con eso, el museo cuenta con un vivero de flora nativa y composteras que pudieron ser construidos a través del financiamiento otorgado por Fondo de Protección Ambiental (FPA) que entrega el Ministerio del Medio Ambiente. Ese espacio busca crear una instancia de educación ambiental para la restauración ecológica de ecosistemas terrestres de la Patagonia Austral.

Este espacio pedagógico-práctico está enfocado en la propagación y viverización de especies nativas arbóreas, arbustivas y herbáceas. Adicionalmente, se realizaron capacitaciones a la comunidad en relación al material orgánico, a través del compostaje y vermicompostaje.

El subsecretario del Medio Ambiente, Maximiliano Proaño, destacó la iniciativa y señaló que se trata “de un hermoso proyecto que ha logrado movilizar y establecer un vínculo con la comunidad, además de motivar a la gente a tener sus propios invernaderos, sus propias huertas”.

El director del museo agregó que “el FPA es un proyecto inicial que tiene dos componentes. Primero, da la base para la construcción de un jardín botánico, el cual es a largo plazo. Además de eso, permite la vinculación del los vecinos del sector en base a las políticas de regeneración de flora y la capacidad de transferencia de ciertos oficios que están ligados a la agricultura y horticultura familiar”.

Proyectos FPA

El proyecto que pudo realizar gracias al Fondo de Protección Ambiental del MMA.

Para el subsecretario Proaño, “la importancia que tienen estos fondos es que permiten hacer cambios locales. Siempre hay agentes de cambio en las comunidades donde están motivados por hacer cosas e implementar cambios medioambientales”. “El Fondo de Protección Ambiental es, muchas veces, un granito de arena que permite ser el puntapié inicial para generar cambios muchos más grandes en las comunidades, ese es el gran valor que tiene”, agregó.

La seremi del Medio Ambiente de Magallanes, Daniela Droguett, estos proyectos “son un aporte muy relevante. La comunidad los tiene en alta estima porque ayudan a financiar ciertas actividades que otros fondos no están financiando”.

Para finalizar, el subsecretario indicó hizo un llamado a la comunidad a concursar en el próximo proceso de Fondo de Protección Ambiental: “estamos aumentando la cantidad de proyectos que se podrán financiar este año. Para las huertas también habrá un financiamiento específico, así que motivarlos e invitarlos a todas y todos las organizaciones”.

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Publicado en Noticias, Región de Magallanes y Antártica Chilena.