¿Por qué actualizar las normas de calidad del aire es muy importantes?, ¿logran estas normas de calidad del aire proteger la salud de las personas y en especial a los grupos más vulnerables?, ¿cuál es la tendencia de la normativa a nivel internacional? Esta y otras interrogantes fueron abordadas durante un seminario sobre contaminación y salud, organizado por el Departamento de Normas y Políticas de la División de Calidad del Aire y Cambio Climático del Ministerio del Medio Ambiente y el Instituto de Salud Pública de la Universidad de Chile.
El aire limpio como un requisito básico de la salud y del bienestar humano, como indica la Organización Mundial de la Salud, fue el objetivo de esta actividad que buscó generar un espacio de diálogo con respecto de las normas de calidad del aire no solo en Chile, sino también en países con problemas similares de contaminación. La idea, comunicaron sus organizadores, fue activar una red de colaboración de especialistas en salud y contaminación.
“La necesidad de discutir respecto a las normas de calidad del aire y de traer el tema de la contaminación atmosférica al centro de la discusión pública en salud y medio ambiente, como ya lo ha hecho la OMS y PNUMA, es la razón fundamental de estar reunidos hoy aquí. Es bueno recordar que el principal problema de salud de Chile y el mundo es la calidad del aire y la contaminación atmosférica”, señaló durante su presentación el subsecretario del Medio Ambiente Marcelo Mena.
Salud de las personas
«El Gobierno de Michelle Bachelet, comprometió abordar la contaminación de forma urgente, es por esto que el Ministerio del Medio Ambiente junto al Ministerio de Salud, lanzaron una estrategia donde se abordaba sanitariamente el material particulado PM2.5, que nos permitiría tomar medidas inmediatas (alertas sanitarias), dando pasó a los planes de descontaminación cuando estos entraran en vigencia. La salud de las personas no podía esperar y te comprometieron 14 nuevos planes de descontaminación para los cuatro años de de esta administración”, agregó el subsecretario.
Otra de las presentaciones estuvo a cargo de la Dra. Lilian Calderón Garcidueñas, de la Universidad de Montana (Estados Unidos), quién realizó una revisión de los principales impactos de la contaminación atmosférica y sus efectos crónicos neurológicos y cognitivos, del tipo esclerosis lateral amiotrófica (ELA), parkinson y otros en comunidades como por ejemplo, la Ciudad de México, en cuyos estudios ha sido su principal autora.
“Las partículas que nos interesan, es decir que miden entre 2,5 y 0,1 micrones (PM2,5), tienen el tamaño de las bacterias, los virus y las moléculas. Por lo tanto, no hay absolutamente ninguna barrera en nuestro organismo que estas partículas no puedan atravesar, de aquí su principal peligro para salud. Además, estas partículas finas tienes la capacidad de transporte en un radio de 1.000 kilómetros o más”, explicó la especialista.
El evento también contó con una presentación del doctor Pablo Ruiz, Bioquímico de la Universidad de Chile y Doctor en Salud Ambiental de la Escuela de Salud Pública de Harvard.