Todos los proyectos que pudiesen generar impactos significativos en el territorio del humedal deben ser presentados al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental.
El seremi del Medio Ambiente Marcelo Cañipa, fue enfático en fijar la postura de su cartera frente a futuros proyectos de inversión que se pretendan ejecutar en el sector del Humedal de la desembocadura del Río Lluta.
El titular del Medio Ambiente dijo que “no se puede iniciar ningún proceso de inversión pública, privada ni nada que genere impactos significativos en el territorio, sin antes ser presentado al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental de acuerdo al dictamen N° 48.164 de la Contraloría General de la República del año 2016”.
El citado dictamen indica que todos los humedales del país que sean sitios prioritarios adquieren una figura de protección legal, “y en este sentido entendemos de acuerdo a nuestra legislación como figuras de protección todos los santuarios de la naturaleza y los territorios incluidos en el Sistema Nacional de Áreas Protegidos por el Estado (Snaspe), explicó el seremi.
Marcelo Cañipa agregó que en el país existe una institucionalidad ambiental que se debe respetar y a la cual se debe someter toda iniciativa o actividad humana que ponga en riesgo el medio ambiente, “ese es el compromiso del Gobierno del Presidente Sebastián Piñera y nuestro ministerio por lo que los esfuerzos de esta seremi apuntarán en esa dirección”.
Con estas declaraciones la autoridad regional cerró su participación en la segunda jornada y final, del taller de buena gobernanza para el manejo y conservación del Santuario de la Naturaleza Humedal de la desembocadura del Río Lluta organizado por el Ministerio del Medio Ambiente en la ciudad.
Estrategia de Biodiversidad
En el año 2003 el Ministerio del Medio Ambiente, ex Conama, creó la primera estrategia de biodiversidad para establecer los sitios prioritarios del territorio nacional, definiendo estos de acuerdo a la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) como “un espacio geográfico claramente definido, reconocido, dedicado y gestionado mediante medios legales u otros tipos de medios eficaces para conseguir la conservación a largo plazo de la naturaleza y de sus servicios ecosistémicos y sus valores culturales asociados”.