Con el fin de anticiparse a los daños potenciales del cambio climático y minimizar las amenazas al desarrollo social y económico del país, el estado de Chile definió la adaptación como uno de los tres ejes principales de la política de cambio climático, en la Estrategia de cambio climático de 2006, y en el Plan de acción nacional de cambio climático 2008-2012 (PANCC). El plan de acción nacional de cambio climático estableció los sectores prioritarios para la adaptación, lineamientos y acciones concretas, instituciones responsables y plazos para el cumplimiento. Como resultado final se planteó la elaboración del Plan nacional de adaptación y de los planes de adaptación sectoriales.
Los sectores priorizados a la fecha son nueve: silvoagropecuario, biodiversidad, pesca y acuicultura, salud, infraestructura, recursos hídricos, energía, ciudades y turismo. En cada uno de ellos se han planteado líneas de acción que apuntan a generar los conocimientos sobre la vulnerabilidad, los impactos esperados y las opciones de adaptación.
Desde 2010, algunos estudios impulsados por la Oficina de Cambio Climático sobre estos temas se pueden revisar en la lista de estudios del SINIA.