Con la asistencia de más de 100 voluntarios, representantes del Ministerio del Medio Ambiente, profesionales de la Universidad Católica, vecinos y funcionarios de la Municipalidad de Lo Barnechea, se llevó a cabo un operativo de limpieza en el sector de la Quebrada de La Parva en la comuna de Lo Barnechea.
La actividad, en su tercera versión, se desarrolla como parte del Fondo de Protección Ambiental (FPA) que ejecuta la Facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad Católica. El proyecto denominado «Monitoreo y Conservación de Anfibios Altoandinos de la Región Metropolitana», busca además ser un puente de educación ambiental entre las diversas instituciones participantes y establecimientos educacionales de la comuna para valorizar los anfibios y su importancia en el ecosistema.
Para esta versión los participantes, luego de recibir una pequeña capacitación e información respecto de las especies que habitan en el lugar y sus características, en cuadrillas se dispusieron a recorrer la zona para recolectar los residuos que los visitantes de los centros de ski dejaron en la temporada pasada.
“El año pasado se recolectaron aproximadamente 1.700 kilos de basura que los mismos visitantes a los centros de ski arrojan al sector. En esta oportunidad recolectamos cerca de 1.200 kilos y pudimos constatar que además de residuos, existe mucho material de construcción y escombros, lo que aún es más grave. Nosotros hemos venido al rescate del hábitat de un sapito (Alsodes tumultuosus) que no sólo está en peligro extremo de extinción sino que es este el único lugar del planeta donde habita», señaló la seremi de Medio Ambiente de la Región Metropolitana, Grace Hardy Gana.
El proyecto «Monitoreo y Conservación de Anfibios Altoandinos en la Región Metropolitana”, contempla además de investigación de campo una serie de actividades de difusión y extensión como exposiciones de fotografías, charlas a los colegios, etc. El objetivo de este proyecto es transformar el sector de la Parva en el primer sitio de estudio de anfibios en Chile, como también problemas relacionados con el cambio climático y el cambio global.
Otro componente de este fondo es la donación de un contenedor marítimo nuevo que será instalado en el colegio de Farellones que será usado como centro de educación ambiental y laboratorio de ciencias naturales. Además se hará entrega de una pequeña biblioteca de guías sobre biodiversidad de Chile y libros con temas a fines. Esto con el fin de posicionar el área de la cordillera de los Andes frente a Santiago como una zona de alto valor ambiental.
Los ecosistemas alto andinos son sumamente importante por su riqueza ya que en la zona hay una serie de especies endémicas de roedores, aves, flora, reptiles y anfibios. Recientemente se detectó la presencia de un gato andino, una de las especies de felino más amenazadas del planeta, lo que lo convierte en verdadero hot spot de biodiversidad el cual es sumamente importante conservar.