Según el último informe del Centro Nacional para la Innovación y Fomento de las Energías Sustentables (Cifes) en febrero de este año Chile alcanzó un 9,6% de generación a partir de energías renovables no convencionales (Ernc).
Esto se debió principalmente a que las características climáticas propiciaron «mejores condiciones para la generación de fuentes de Ernc, especialmente de las de tipo solar», remarca el informe del Cifes.
A esto se le suma que las energías renovables el año pasado aumentaron su capacidad instalada en un 90%, mientras que la energía Ernc reconocida creció en un 57%.
«Nuestros cálculos tras el 2014 son muy positivos. Crecimos casi un 100% de nuestra capacidad respecto al año anterior, lo que nos posiciona como una industria que ya se consolida en términos operacionales, de inversiones y, en términos de participación del mercado, estamos superando ampliamente las expectativas del sector y cumpliendo con bastante holgura la ley 20/25» remarcó Carlos Finat, director ejecutivo de la Asociación Chilena de Energías Renovables.
La mayoría de la generación eléctrica proveniente de fuentes limpias en Chile es del tipo eólica, le sigue la solar y luego la biomasa.
El Cifes además proyecta que las Ernc continúen expandiéndose este año, algo que se hace sumamente importante si se consideran antecedentes como el que aporta el estudio «Imaginando un Chile Sustentable», que asegura que si en Chile continúa con las termoeléctricas y el carbón como principales fuentes, se convertirá en pocos años en el mayor contaminador per cápita en América Latina.
Para las autoridades en este escenario las iniciativas locales también adquieren importancia. Es por ello que el Ministerio de Medio Ambiente acaba de inaugurar un sistema de paneles fotovoltaicos en la escuela Ciudad de Lyon de El Bosque.
El sistema fue proporcionado por SunEdison y beneficiará directamente a más de 420 personas de la comunidad escolar y contribuirá a promover el uso de las Ernc y rebajará los costos de la electricidad mediante energía limpia.
En el caso de no existir consumo eléctrico en la escuela o que el consumo sea menor a lo que genera el sistema fotovoltaico (por ejemplo, en vacaciones escolares o los fines de semana), los excedentes de energía serán inyectados a la red pública, en beneficio del municipio y del medio ambiente.