En la escuela de Cruz Grande de Chungungo, comuna de La Higuera, se inauguró un museo escolar marino que cuenta con ejemplares de flora y fauna recolectados por los propios alumnos del establecimiento, quienes a través de este proyecto han podido aprender a identificar aves, mamíferos, peces y algas que habitan en la zona costera de su localidad. A la vez, se convirtieron en guías expertos del contenido del museo.
El proyecto fue ideado por la agrupación de ex alumnos de la escuela de Cruz Grande y es uno de los ganadores del Fondo de Protección Ambiental del Ministerio del Medio Ambiente, que financia iniciativas ideadas por organizaciones sociales orientadas a la preservación de la naturaleza o la conservación del patrimonio ambiental. Además, contó con la asesoría de profesionales de la Universidad Católica del Norte, quienes mensualmente realizaron 2 a 3 clases de apoyo pedagógico a los 14 alumnos de la escuela.
La seremi del Medio Ambiente, Verónica Pinto, enfatiza que en este proyecto, lo que más cabe destacar, es «el trabajo de educación ambiental que se ha hecho con los niños, quienes han podido ser pequeños científicos; recolectado animales a orillas de la playa, los han embalsamado y han realizado los distintos procesos para tener las piezas para este museo escolar marino de Chungungo, que es el segundo en el país después de Valdivia”.
El museo cuenta con vitrinas de aves marinas, peces y otros invertebrados; una zona con una representación de la morfología esquelética y las adaptaciones que tienen los animales al medio ambiente; una zona con réplicas arqueológicas de los Changos; muestras de distintos tipos de algas y una exposición fotográfica de la biodiversidad terrestre y marina de la zona.
Diego Miranda, biólogo marino de la UCN y coordinador del proyecto, explica que junto a los niños desarrollaron distintas actividades en terreno como observar aves, cuantificar la basura costera, y aprender la técnica de la taxidermia. “Los alumnos obtuvieron una gama de aprendizajes muy variados, desde estar en terreno o en un laboratorio analizando las especies, tomando mediciones morfológicas de los animales que son muy importantes para las colecciones biológicas y que hacen más profesional la catalogación que tiene el museo. Tratamos que estas actividades con los niños sirva a no sólo para los científico, sino también a la comunidad”, subraya.
Maria Verónica Cerda, profesora de la escuela unidocente, explica que este proyecto permitió enriquecer las herramientas educativas del establecimiento. “Es tan distinto ver una cosa en un libro, laminas, diapositivas o una proyección que a tenerlo en contacto. Así se producen aprendizajes significativos. El niño aprende haciendo”, enfatiza.
Para Helmo Pérez, presidente de la agrupación de ex alumnos de la escuela de Chungungo, este proyecto “es un sueño hecho realidad” y plantea que ahora el desafío es cuidar el museo y que sus puertas estén abiertas por siempre para el público interesado. Además, opina que es una satisfacción ver cómo los alumnos han internalizado los que les han enseñado. “Como ex alumnos nos enorgullece, porque hay una base sólida de formación y es la misma base que la profesora les entrega a sus alumnos hoy”.
Al consultar la visión de los niños, Joaquín Figueroa, alumno de 7 años de edad, opina que “es importante este museo para que los demás sepan de los animales que nunca han visto, tiene aves como el pingüino de humboldt, el cormorán guanay, el cormorán lile, y todo lo que hemos aprendido sirvió para saber más de los animales marinos, terrestres y aéreos”.
“Valoramos y agradecemos la labor que desde hace nueve meses profesionales de la UCN, la propia agrupación de ex alumnos, la comunidad educativa y organizaciones sociales locales han desarrollado para hacer este sueño realidad, como así también destacamos el financiamiento realizado por el Gobierno a través del Ministerio del Medio Ambiente”, destacó el alcalde de La Higuera Yerko Galleguillos en la inauguración del museo.