Un incipiente primer paso para la recuperación ecológica de la flora del archipiélago de Juan Fernández es lo que representa el proyecto de restauración ecológica del parque nacional del mismo nombre, que comenzará a ser aplicado a partir de septiembre.
La iniciativa, que será coordinada por la Conaf, estará financiada en una primera etapa de tres años con una donación de 85 millones de pesos, aportados por la fundación británica Iniciativa Darwin, y cuenta con el apoyo de ONGs como Oikonos y organismos de gobierno.
Uno de los objetivos principales es desarrollar trabajos de conservación de germoplasma (las semillas, esporas o partes de planta que permiten reproducir una especie) de la flora nativa, incluyendo la instalación de un banco biológico para conservar las especies nativas «La idea es aprender los mejores momentos o lugares para recolectarlo», explica Andrés Meza, gerente de Áreas Protegidas de la Conaf.
Se espera recolectar y mantener semillas y esporas de a lo menos el 50% de las especies del bosque nativo de Robinson Crusoe (unas 70 especies aproximadamente), para conservarlas en muestras duplicadas tanto en el Parque Nacional como en el banco de semillas nacional del INIA.
El Parque Nacional contiene 213 especies nativas, de las cuales 135 (63,4%) son endémicas de la isla y 2 (0,9%) endémicas de Chile. Solo para Robinson Crusoe se han descrito 149 especies nativas, 91 endémicas estrictas del archipiélago y dos endémicas de Chile.
Si la conservación del germoplasma se hace en forma adecuada, eso aumenta sus posibilidades de reproducción, dice Meza. También pretenden aprender técnicas eficientes para la propagación de las plantas y luego la posibilidad de viverizarlas es decir, producirlas en forma controlada para lograr una reproducción a gran escala.
«No basta con agarrar una planta y llevarla a un lugar donde antes crecía pero ahora ya no está, a veces eso no funciona sin el conocimiento adecuado». Para ello contarán con el apoyo de expertos internacionales que asesorarán sobre estas técnicas a los técnicos locales.
También se ampliará el vivero del área protegida. Esto permitirá la implementación de un área exclusiva para cultivar helechos, que resultan esenciales para controlar la erosión.
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