Por Rosa Tapia, del Departamento de Compras y Servicios Generales.
Cuando era niña siempre leía en el periódico sobre temas de medio ambiente. En ese entonces era una temática que no alcanzaba a tener una columna propia, pues aparecería en pequeños artículos en la sección tendencia. Actualmente ha alcanzado un realce importante, ya que la importancia que le da la ciudadanía es inmensa, pues de una u otra forma nos vemos afectados por lo que ocurre en nuestro alrededor.
Como institución ambiental, debemos estar a la vanguardia en los ámbitos de gestión interna en lo relativo al medio ambiente, sin olvidar ser consistentes y congruentes con la normativa que se va instalando en la sociedad. Es así, como se han ido gestionando en los distintos ámbitos diversas acciones ambientales.
Cuando la institución tenía sus dependencias en Teatinos, internamente lo único que se hacía formalmente en temas de medio ambiente era reciclar papel con la Fundación San José. En algunas licitaciones se utilizaba el Anexo 5 llamado Impacto Ambiental, como Declaración Jurada, con el cual los proveedores obtenían puntaje por declarar que cumplían los requisitos allí señalado. También, algunos funcionarios venían en bicicleta a la oficina, pero no había estacionamiento adecuado y todo el tema estaba recién partiendo.
Uno de los grandes desafíos para el Departamento de Compras y Servicios Generales, como parte del equipo que habilitó el edificio que albergaría las nuevas oficinas del MMA en San Martín 73 en el primer gobierno de Sebastían Piñera, era implementar en las nuevas dependencias las últimas tecnologías que permitiera ser un edificio de vanguardia en temas medioambientales.
Por ello, se gestionó reutilizar todo el mobiliario existente; Se retapizaron sofás y sillones; Para el ahorro de energía eléctrica en la Iluminación se optó por led y por pintar las paredes de color blanco; Para ahorrar energía y para que el personal tuviera oficinas con luz natural, se eligieron separaciones vidriadas y se optó por el apagado automático de aire acondicionado en horarios establecidos.
Posteriormente, se instalaron los paneles fotovoltaicos en la azotea; se implementaron baños ahorradores de agua; llaves con cierre automático; pisos y paredes con pintura lavables; techos registrables, por si se hacían cambios no tener que romperlos ni pasar a llevar las paredes; que los proveedores contratados utilicen botaderos de escombros autorizados y estacionamiento apropiado para más de 50 bicicletas. Muchas de estas opciones son menos económicas que las convencionales en el corto plazo, pero en el largo plazo, es indudablemente más rentable.
Por otra parte, la instauración de una Política ambiental de compras en nuestra institución, gatilló la compra de papel certificado, la evaluación en eficiencia energética de los equipos y la realización de catering sin elementos desechables que dañen el medio ambiente, que nos permitió seguir avanzando en estos temas.
La evolución de los criterios de evaluación en nuestras licitaciones hizo que muchas veces los proveedores ganasen por tener políticas ambientales al interior de su organización, por lo tanto, ya no era una declaración vacía o sin sentido.
También hay que destacar el servicio de reciclaje, que inicialmente se pensó como parte del servicio de aseo, pero se tomó la decisión en su momento, de que debían ser los mismos funcionarios los que reciclarán y no dejarlo como tarea del personal de aseo, pues era la forma para que aquellos funcionarios, que no lo hacían, replicaran el reciclaje en sus hogares. Es un claro ejemplo de cómo hemos avanzado. Al principio, sólo se reciclaba 102 kilos mensuales y hoy ha aumentado a 218 kilos.
En regiones, también se han logrado avances. Se ha tratado siempre de replicar el esfuerzo de reproducir el mismo modelo a nivel regional, especialmente en las habilitaciones de las nuevas oficinas de las SEREMIAS, ubicando en la mayoría de ellas, estacionamiento formal para bicicletas; instalando paneles fotovoltaicos en regiones (Arica, Iquique, Copiapó, Rancagua, Talca, Concepción, Temuco y Valdivia), dando como resultado un ahorro de energía considerable.
Probablemente por algunas de estas razones fuimos elegido para que nos entregasen en comodato uno de los autos eléctricos dispuestos, lo que significó instalar cargador eléctrico público en el edificio. Esto ha permitido a nuestras autoridades realizar sus viajes en el área metropolitana de Santiago sin contaminar el aire.
Algunas de las acciones antes mencionadas, han surgido como ideas al interior de otras dependencias, otras surgieron desde nuestro departamento, pero en cada una de ellas hemos contado con el apoyo inestimable de los profesionales de nuestro ministerio, tanto a nivel central como en regiones, con el fin de llevarlas a la realidad.
Hay intervenciones que han resultado exitosas, otras no lo han sido tanto, pero de cada una de ellas hemos aprendido. Esto nos permitirá enfrentar de mejor manera los próximos desafíos que se nos vienen como Departamento de Compras y Servicios Generales, en lo que se ha llamado “Estado Verde”.