Conservación de Especies Amenazadas

Columna de opinión de Mario Delannays Araya,  Seremi del Medio Ambiente Región del Biobío.

Desde la seremi del Medio Ambiente de la Región del Biobío lideramos desde hace cuatro años la Iniciativa Conservación de Especies Amenazadas, instancia de carácter nacional, y al reflexionar sobre el camino recorrido en Biobío, el despliegue en el territorio y el trabajo colaborativo, podemos sentirnos orgullosos, pues hemos avanzado en nuestra misión y compromiso asumido con la conservación. En estos días que conmemoramos el día de la Tierra, rendimos un homenaje a nuestro hogar, de la mano de las buenas prácticas en distintos predios pilotos en donde hemos visibilizado que es posible la coexistencia entre el desarrollo productivo y el respeto por la biodiversidad, a través de pequeños cambios en el trabajo cotidiano de hombres y mujeres en el territorio, y asumiendo que los servicios ecosistémicos, son la base para nuestra propia existencia.

La iniciativa de Conservación de Especies Amenazadas, es un proyecto liderado por el Ministerio de Medio Ambiente (MMA), apoyado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y financiado por el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF). Esta alianza virtuosa ha privilegiado la Educación Ambiental dirigida a los servicios públicos, la comunidad en general y los colegios con presencia en los hábitat de las tres especies amenazadas en la macrozona sur abarcando diversos territorios; Biobío juega un rol central en la ejecución del GEF; tenemos la convicción de que hoy es el tiempo de actuar, pues resulta imprescindible sumar esfuerzos para conservar especies únicas reconocidas a nivel mundial y que están en peligro de extinción, como lo son el huemul de Chile central, el zorro de Darwin, en la Cordillera de Nahuelbuta y el queule, en nuestra Cordillera de la Costa , símbolos de la biodiversidad existente en estos territorios.

Es tiempo de agradecer, hasta el momento hemos tenido éxito, pues ya son muchos los que comienzan a incorporar la mirada de conservación en sus desarrollos, implementando buenas prácticas agrícolas y turísticas en sus actividades productivas, permitiendo de esta manera la posibilidad de reproducción de estas especies, como ha quedado evidenciado en el monitoreo del Fundo Chacay en Antuco, donde buscamos identificar presencia de huemul en el sector, y era algo que no se realizaba hace 15 años. Gracias a la instalación de 15 cámaras trampa en ese hábitat, logramos identificar una pareja de huemules. Solo nos resta determinar si consiste en una pareja reproductiva, lo que nos daría como antecedente la posibilidad de contar con huemules pequeños.

Hasta el momento el proyecto ha intervenido en una superficie de 56.769 hectáreas de influencia directa, con una inversión a la fecha de mil millones de pesos y con impacto en 6.264 personas capacitadas y/o sensibilizadas en relación a la conservación de estas Especies Amenazadas.

Queda claro entonces, que las actividades productivas bien diseñadas pueden ser compatibles con la conservación, adicionando el esfuerzo de entidades públicas y privadas que aportan con su experiencia para el correcto monitoreo que permite conocer su actual estado y las recomendaciones para tomar las medidas necesarias para su protección.

 

 

 

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Publicado en Región del Biobio.