Desde el pasado domingo, representantes de 196 países se encuentran reunidos en la sede de la ONU en Ginebra para avanzar hacia un texto de negociación para la próxima COP 21 de París, en diciembre de este año, donde se busca constituir un acuerdo global vinculante contra el cambio climático que sustituya al Protocolo de Kioto.
Se trata de la primera cita tras la COP20 realizada en diciembre en Lima, y la primera de cuatro que se realizarán previo a París. Le seguirán reuniones en junio, agosto y octubre para avanzar hacia un documento que resuma las posiciones de las partes.
Y en esa materia ya se avanzó en Ginebra, al obtenerse un primer borrador de negociación, texto de más de cien páginas que logró construirse en base a las opiniones de todas las partes, y que incluye todos los temas propuestos por dichas partes. De ahí su extensión, pese a que se reconoce como un avance respecto de la cita en Lima.
Dicho borrador se dará a conocer públicamente en las próximas horas, así como las propuestas que cubren las secciones del preámbulo, definiciones, objetivos, mitigación, adaptación, financiamiento, tecnología, fortalecimiento de capacidades, transparencia, ciclos y procesos, implementación y cumplimiento, procedimiento y arreglos institucionales.
Rol de Chile
En la cita, Chile lidera la Asociación Independiente de Latinoamérica y el Caribe (AILAC), grupo de negociación conformado también por Colombia, Costa Rica, Guatemala, Panamá y Perú.
Considerado como un grupo progresista, AILAC defiende en estas negociaciones el balance político entre adaptación, mitigación y medios de implementación.
En este sentido, uno de los principales retos que enfrentan en estas negociaciones es garantizar que los flujos financieros suficientes para la acción climática en los países en desarrollo.
Chile, desde la Presidencia Pro Tempore de AILAC, es abanderado de los derechos humanos, la equidad de género y la equidad intergeneracional, y por lo mismo hizo propuestas textuales para su inclusión el preámbulo del acuerdo.
Dicha iniciativa contó también con el respaldo de más de 240 organizaciones de la sociedad civil, que buscan que el acuerdo refleje como eje de acción el respeto y la garantía de todos los derechos humanos.
En este sentido, la experiencia de Chile pone sobre la mesa de discusión una visión de desarrollo sostenible en frentes multilaterales. Dicha perspectiva es consistente con los objetivos nacionales para la erradicación de la pobreza y el crecimiento económico, pero tomando en cuenta factores ambientales y climáticos.
Chile es un país que con su ejemplo ha demostrado el interés y voluntad política por tomar acciones en materia de cambio climático. El pasado mes de marzo se convirtió en el primer país en el mundo en aprobar una reforma tributaria que contempla un impuesto al carbono y uno al material particulado, y hoy es el primer país en Latinoamérica en llevar a consulta nacional sus políticas públicas de cambio climático.
La delegación de Chile, liderada por una dupla estratégica de Cancillería y Medio Ambiente, regresa desde Suiza con un texto de negociación, que si bien es extenso recoge todos los puntos de la posición nacional, y permite negociar de forma efectiva hacia la COP21 en París.