Las áreas verdes tienen todas las de ganar cuando de beneficios se trata, ¿acaso olvidamos que estamos hechos para estar en contacto con la naturaleza? No por nada diversos estudios demuestran año a año las ventajas que tiene vivir cerca de parques y plazas, y ahora estudiar cerca de éstos también. Porque no solo son más significativos para el bienestar que nuestros ingresos, pueden disminuir la delincuencia o incluso curar enfermedades, sino que también estimulan un mejor aprendizaje.
Aprendizaje verde
El estudio más reciente que llegó a esta conclusión se realizó en Barcelona, donde un grupo de investigadores observó durante un año a más de 2.500 niños de 36 escuelas primarias diferentes. Al comparar los resultados académicos con la presencia de áreas verdes en la rutina de esos niños, identificándolas vía satélite (en el colegio, camino a y cerca de sus casas), se evidenció una directa relación entre la presencia de la vegetación y el buen rendimiento escolar.
Los científicos aplicaron una medida llamada Índice de Vegetación de Diferencia Normalizada (NDVI) en base a las propiedades reflectantes de la superficie terrestre para identificar los espacios verdes y luego midieron en los niños dos cosas a través de diferentes pruebas de palabras y números: su memoria de trabajo, un tipo de memoria a corto plazo clave para el razonamiento, el aprendizaje y la comprensión, y su capacidad de atención.
Aquellos alumnos que tenían mayor vegetación alrededor de sus colegios mostraron un mayor progreso en la memoria y la atención durante todo el año, un resultado que se mantuvo incluso después de que los autores corrigieran según la situación socioeconómica de cada niño, informa The Atlantic.
Las escuelas con más áreas verdes podrían reducir la proporción de niños con problemas de desarrollo de la memoria de trabajo superior hasta en un 9%. Además se hizo patente que la presencia de parques se relaciona con una reducción en la falta de atención en los niños, independiente de otros factores como la etnia, la educación de la madre o el empleo de los padres. En The Guardian indican que para afirmar estas conclusiones, los científicos se basaron también en investigaciones previas sobre el efecto positivo de los parques en la salud y el bienestar en zonas urbanas densas.
Hace unos años, otro estudio realizado en 905 escuelas primarias públicas de Massachusetts indicó que los estudiantes que tenían una mayor presencia de áreas verdes en su entorno tuvieron puntuaciones más altas en las pruebas estandarizadas de inglés y matemáticas. La misma relación directa entre presencia áreas verdes y rendimiento se observó en estos casos.
Los autores de la investigación sugirieron «que el verdor que hay alrededor tiene efectos aproximadamente iguales en el rendimiento académico de los estudiantes, independientemente de la situación financiera o el sexo».
¿Y qué hacen las áreas verdes?
Sabemos por estos estudios que parques y plazas generan impactos en el aprendizaje, pero el segundo paso es develar qué es precisamente lo que hacen en la mente de los niños. Tanto los investigadores, como varios expertos en el tema dan sus opiniones al respecto.
Por un lado, ofrecen mayores oportunidades para hacer actividad física, lo que está comprobado tiene un impacto positivo en los logros académicos y mejora su rendimiento cognitivo. Apoyando este aspecto, un estudio reciente también concluyó que los juegos de aventura al aire libre mejoran la salud física de los niños, mientras ayudan a desarrollar la creatividad, las habilidades sociales y la capacidad de recuperación.
La protección de la contaminación es otro factor. Los investigadores de Barcelona, estiman que la reducción en la exposición al aire contaminado podría explicar entre un 20% a 65% por ciento de las mejoras en el desarrollo cognitivo. Además de absorber el dióxido de carbono de la contaminación, las plantas y árboles reducen el ruido de la ciudad y el estrés, argumentan los mismos autores.
Los científicos del caso de Massachusetts comentan que los ambientes naturales «ofrecen a los niños oportunidades únicas, como incitar al compromiso, asumir riesgos, el descubrimiento, la creatividad, el dominio y control, el fortalecimiento de sentido de sí mismo, inspirando estados emocionales básicos como la capacidad de asombro, y la mejora de la restauración psicológica».
El doctor Ross Cameron, profesor de gestión del paisaje, la ecología y el diseño en la Universidad de Sheffield, afirma estos puntos asegurando que «hay una serie de teorías de por qué el desarrollo cognitivo puede ser ayudado por los espacios verdes: los entornos en sí son más estimulantes, y los niveles de atención generales se pueden mejorar, o los estudiantes pueden sentirse más relajados y cómodos, así que prestan más atención a sus estudios. También podría ser factible que grandes áreas de espacio verde ayuden a absorber los contaminantes aéreos, incluyendo CO2 , que en altas concentraciones puede hacer que la gente se sienta somnolienta».
A tener en cuenta
Los factores que inciden en el aprendizaje son múltiples, y es lógico que construir parques junto a las escuelas no basta para elevar automáticamente el nivel escolar, pero estos estudios demuestran que son una variable importante en el proceso.
Analizar más detalladamente variables como la educación y salud mental de los padres, el acceso a la salud y el efectivo contacto de los niños con las áreas verdes, entre otros, son pendientes que reconocen tanto los autores del estudio de Barcelona, como otros científicos.
Sin embargo, las múltiples evidencias de incontables beneficios siguen gritando a favor de los parques en medio de la ciudad, ¡necesitamos más naturaleza!