Cambios en sistemas de climatización

Columna de opinión de Claudia Paratori Cortés, Coordinadora Unidad de Ozono de División de Cambio Climático, Ministerio del Medio Ambiente.

Este martes 23 de mayo inauguramos un sistema de enfriamiento, denominado “chiller”, en el Hospital Luis Tisné Brousse de la comuna de Peñalolén, que provee aire acondicionado a una superficie de 20.000 m2 en áreas hospitalarias sensibles, como pabellones quirúrgicos, neonatología, recuperación obstétrica y UCI adulto, entre otras.

Desde el punto de vista técnico, se trató del cambio de un equipo del sistema de climatización que tiene 21 años de antigüedad y usaba un refrigerante agotador de la capa de ozono (HCFC-22, o clorodifluorometano), por un equipo nuevo, con un refrigerante que no agota la capa de ozono y tiene un mínimo efecto sobre el clima, que es una hidrofluoro-olefina (HFO-1234ze(E), o trans-1,3,3,3-tetrafluoro-1-propeno).

¿Quién financia esto? El Fondo Multilateral del Protocolo de Montreal, a través de la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo ONUDI. La ejecución estuvo a cargo de la Unidad Ozono de la División de Cambio Climático, con el apoyo de la División Jurídica. La selección del Hospital derivó de un llamado público del MMA.

¿Por qué hacemos este cambio tecnológico? Además de los beneficios ambientales ante la capa de ozono y el clima, este nuevo equipo tiene una alta eficiencia energética, lo que facilita su replicabilidad y la recuperación de la inversión en el corto o mediano plazo. En sistemas similares, como hospitales, edificios de oficinas, centros comerciales, centros médicos, se estima que la recuperación en la inversión es de 5 años, con los ahorros energéticos.

Pero también y es la base de todo, que este proyecto permite cumplir con el Protocolo de Montreal sobre las sustancias que agotan la capa de ozono. Chile ratificó este Protocolo y todas sus enmiendas. La Enmienda de Kigali la más reciente y tiene una “gracia”, que es incluir a los HFC (hidrofluorocarbonos), que son sustancias que tienen nulo potencial de agotamiento de la capa de ozono y altísimo potencial de calentamiento global. De hecho, los HFC están en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. Entonces, ¿estamos duplicando los esfuerzos?, por supuesto que no, sino que estamos generando sinergias: el Protocolo de Montreal controla el consumo (i.e. importaciones menos exportaciones) y cambio climático controla las emisiones. Cada uno en su área, pero los avances nos sirven a todos.

¿Hay obligación de hacer este cambio? No directamente, pero el Protocolo de Montreal tiene metas progresivas de reducción de las importaciones, de modo que para el caso de los HCFC (hidroclorofluorocarbonos), como en este caso el HCFC-22, tiene una próxima reducción del 67,5% de su línea base (promedio 2009-2010) desde el 01 de enero de 2025, luego una del 97,5% en el 2028 y prohibición desde el 01 de enero de 2030.

Así, este proyecto del Hospital es el punto de partida para su replicabilidad en otros sistemas de climatización, mostrando que el cambio tecnológico es técnica y económicamente posible, con importantes beneficios ambientales, con reducción de la Huella de Carbono, y que contribuye a los logros de nuestro Ministerio. Pero también, para nosotras como equipo Ozono, es un cambio espiritual, porque además estamos aportando a que esas personas pacientes del Hospital, desde bebés hasta adultos mayores y sus familias, tengan mejores condiciones de climatización. Tal vez muchas y muchos no lo notarán, pero para nosotras, es un orgullo sentir que contribuimos un poco más a la protección de nuestro medio ambiente.

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