La conformación de una mesa técnica que permita planificar actividades de fiscalización junto a los servicios con competencia, la creación de actividades de educación ambiental y sensibilización a la comunidad respecto a la conservación del humedal El Yali, son los objetivos que se encuentra desarrollando la Seremi del Ambiente luego de constatar el daño provocado por los visitantes en el sector principalmente en época estival.
Dicha mesa será constituida por la Municipalidad Santo Domingo, PDI (Brigadas Investigadoras de Delitos Contra el Medio Ambiente y el Patrimonio Cultural), Carabineros, CONAF, Servicio Agrícola y Ganadero (SAG), Servicio Nacional de Pesca (Sernapesca) y la Dirección General de Territorio Marítimo, con un programa de fiscalización para todo el año, el que nace de la necesidad de darle continuidad al estudio “Medidas tempranas de restauración ecológica y un sistema de alerta ambiental como mecanismo de adaptación al cambio climático en la Reserva Nacional El Yali, Región de Valparaíso”, el cual se encuentra desarrollando la Seremi del Medio Ambiente y se espera esté finalizado en marzo de este año.
“Si bien esta Seremi del Medio Ambiente no tiene facultades fiscalizadoras, sí hemos considerado necesario coordinar a los otros servicios para la creación de esta mesa de trabajo para preservación y conservación del humedal, donde uno de los objetivos es establecer dicho programa de fiscalización para el resto del año”, señaló la Seremi Tania Bertoglio.
La Reserva Nacional El Yali, es un importante sistema de humedales del litoral de Chile central, que sustenta la representación del 28% de la avifauna de nuestro país, incluyendo entre ellas varias especies migratorias desde el hemisferio norte, y otras desde el extremo austral. Dentro del 28% de la avifauna nacional representada en el sistema, se encuentra un número significativo de especies con problemas de conservación, entre las que destacan, por ejemplo, las actividades de anidación del cisne coscoroba y los avistamientos del playero occidental.
Algunas de las ilegalidades cometidas, que afectan el frágil ecosistema del sitio que desde 1996 posee el reconocimiento Ramsar (Convención sobre los Humedales de Importancia Internacional), son el ingreso ilegal de vehículos todoterreno y motos a las dunas del área que se encuentra protegida. Además, de pesca no autorizada, caza de animales, levantamiento de carpas y campings en zonas resguardas, entre otras acciones que perjudican a las poblaciones de invertebrados que habitan en la playa, y que son el principal sustento alimenticio de las aves migratorias y costera de la reserva.
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Fotografía: Revista LaJunta