El Bromuro de Metilo es un fumigante usado desde el año 1940 en el control de un alto espectro de plagas, incluyendo hongos, bacterias, virus del suelo, insectos, ácaros, roedores y malezas o semillas de malas hiervas, en varios sistemas agrícolas. El problema que presentó este fumigante, es que fue identificado como una sustancia destructora de la capa de ozono. Esto llevó a que el bromuro fuera incluido en el “protocolo de Montreal”, un acuerdo global de eliminación gradual de sustancias agotadoras de la capa de ozono.
Esta mañana el ministro Pablo Badenier anunció el fin del uso de este fumigante utilizado en el cultivo de tomates y frutillas. “Esto nos ayuda en uno de los principales objetivos del Ministerio del Medio Ambiente: avanzar hacia un desarrollo sustentable que proteja nuestros ecosistemas para las generaciones futuras, pero también la salud de las personas”, sostuvo el titular del medio ambiente.
Guillermo Castellán, representante de la Organización para el Desarrollo Industrial de la ONU destacó que este este cierre no sólo se da en Chile, sino que también en gran parte de los países del mundo. “Cuando comenzó el proyecto había mucho escepticismo, desafíos, problemas, muchos productores estaban nervioso, pero lo importante es que este proyecto buscaba acompañar a los productores, llegar a tiempo para que tuvieran herramientas eficaces para combatir los patógenos de suelo en general”, destacó Castellán.
Reducción de Bromuro de Metilo en Chile
El ministerio del Medio Ambiente ha implementado el “Proyecto Terminal de Eliminación Nacional del Bromuro de Metilo”, financiado por el Fondo Multilateral del Protocolo Montreal, con el apoyo de la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial, como agencia implementadora internacional y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, así como los organismos del Ministerio de Agricultura, SAG y Odepa, como socios estratégicos.
El año 2009 se empezó a trabajar en talleres de discusión para preparar este trabajo. En ese momento los productores que representaban cerca del 80% del consumo de Bromuro de Metilo del país apoyaron decididamente el proyecto, incluso mediante cartas.
El ministro Badenier comentó el trabajo de los años siguientes: “Se trabajó en conjunto para la implementación de alternativas químicas más inocuas, y también con opciones no químicas como la biofumigación, las plantas injertadas y el arenado. Este proyecto se trabajó desde el tratamiento de las semillas la producción de plantas y la vigilancia de su crecimiento, para obtener los mejores rendimientos agrícolas”.
El objetivo fue entregar a los productores agrícolas, usuarios de Bromuro de Metilo, en el tratamiento de suelo, las alternativas técnicas (químicas y no químicas) que permitieran su eliminación definitiva. Para ello, el trabajo se centró en los cultivos más demandantes del Bromuro de Metilo en el país, como son los tomates y las frutillas.
El proyecto tiene el objetivo de eliminar el consumo de 283 toneladas métricas de Bromuro de Metilo.
Efectos en la salud
El bromuro de metilo tiene impactos en la salud humana, la evidencia actual aún no es contundente, pero existen estudios que vinculan al Bromuro de Metilo con un mayor riesgo de desarrollar cáncer de próstata.
Si esta sustancia se inhala por un período breve de tiempo, puede producir cefalea, mareo, vértigo, náusea, vómito, debilidad, entre otros efectos.
La mayoría de estos efectos generalmente pueden desaparecer después de varias semanas, pero algunos efectos pueden permanecer. La inhalación aguda de altas concentraciones, puede ocasionar taquicardia.