Al finalizar este gobierno, el territorio marino protegido en Chile alcanzará cerca de 1.600.000 km², casi tres veces lo que estaba protegido a principio de año (463.000 km²), ubicándose como uno de los cinco países con más áreas marinas bajo algún tipo de protección en el planeta.
Y ahora también tendrá la décima área marina protegida más grande del mundo, pues la comunidad de Isla de Pascua aprobó el domingo la creación de un área marina costera protegida de múltiples usos (AMCP-MU) de 720 mil km².
Tras una inédita consulta indígena, 642 rapanui votaron este domingo a favor de la creación del área -que será la más grande de Chile, una vez que se firme el decreto de creación-, para compartir la administración con el Estado (seis representantes rapanui y cinco del Estado) y donde la pesca que se realice en la zona sea solo “con artes y aparejos artesanales del pueblo rapanui”.
Poki Tane Haoa, representante rapanui en la Comisión de Desarrollo de Isla de Pascua (Codeipa), destaca que este sistema les permitirá administrar la zona y avanzar a la prohibición de la pesca industrial y la minería submarina, que amenazan la biodiversidad. “Hemos decidido avanzar en el proceso de generar las herramientas para la protección de nuestra zona económica exclusiva y avanzar en las capacidades administrativas de nuestro pueblo”, dice.
La pesca industrial y la ilegal afectan la pesquería del atún, que los isleños realizan con métodos ancestrales, embarcaciones que no superan los 12 metros de largo. “Es una pesquería sustentable. La idea es que sea una persona peleando con un pez y no una línea larga con 100 mil anzuelos. Eso es lo que buscamos, la sustentabilidad del recurso practicando nuestras artes milenarias”, explica.
Con ello, aunque se trata de un AMCP-MU, la protección será similar a la de un parque marino en que no se permite ningún tipo de pesca, señala Maximiliano Bello, de la unidad de conservación internacional de la ONG Pew Charitable Trust, que participó en la creación del área marina a través del programa Pew Bertarelli Ocean Legacy. “Gracias a que es un territorio aislado, se genera una dura protección en zonas donde los pescadores no llegan”, indica. “Son áreas ricas en atunes y tiburones. Japón ha tratado de entrar y acceder al atún, pero esta resolución cierra la discusión: aquí no entra pesca industrial”, agrega.
La fiscalización será tanto del pueblo rapanui como del Estado, por ahora a través de Subpesca, hasta que el Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas (SBAB) respectivo sea creado, además de la Armada, cuando se trate de barcos factorías.
Alex Muñoz, director para América Latina de National Geographic Pristine Seas, sostiene que hoy existen sistemas de vigilancia satelital que permiten vigilar grandes parques marinos a un costo mucho menor que antes. “Además la Armada ha aumentado su presencia a través de barcos patrulleros y aviones que son disuasivos contra la pesca ilegal”, dice.
Sebastián Yancovic Pakarati, asesor técnico de la Mesa del Mar (asociación pascuense que discutía el proyecto), definió el nombramiento como un avance histórico. “Por primera vez el pueblo rapanui va a administrar su mar en el marco de un área marina protegida”, señala.
Explica que un órgano local de gestión establecerá las reglas con un plan de administración y se incorporarán otras áreas protegidas que ya existen en la ecorregión Rapa Nui -“pero que hoy son de papel”, dice Yancovic-, como el Parque Marino Motu Motiro Hiva (150 mil km²). Además de aceptar solo artes de pesca artesanales, todas las investigaciones científicas requerirán permiso. “Todas las decisiones referentes al mar se tomaran en la isla”. Agrega que el órgano de gestión deberá implementar una figura similar a un guardaparques marino.
Enric Sala, investigador de National Geographic y fundador de la organización Pristine Seas, dice que “con los parques marinos anunciados en Diego Ramírez y Juan Fernández, Chile se ha convertido en un líder global en conservación del mar”.
“Ha ganado el mar de Rapa Nui, el pueblo rapanui, y ha ganado Chile nacional e internacionalmente hablando”, concluye Poki Tane Haoa.
Publicado en La Tercera