Desde distintas zonas de Chile llegaron a Valparaíso pescadores artesanales, investigadores, representantes de organismos gubernamentales y de otras entidades vinculadas al sector de la pesca y la acuicultura para participar, durante el 6 y 7 de junio, en las actividades de inicio del proyecto “Fortalecimiento de la Capacidad de Adaptación en el Sector Pesquero y Acuícola Chileno al Cambio Climático”.
Hasta septiembre de 2020 se extenderá esta iniciativa que apunta a superar barreras como las debilidades del marco institucional, la disponibilidad de tecnologías y aplicación de buenas prácticas en el sector pesquero. Asimismo, se ha planteado fortalecer el conocimiento y la sensibilización sobre el Cambio Climático en las comunidades pesqueras y acuícolas.
Este proyecto es financiado por el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF, por su sigla en inglés) e implementado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Ministerio del Medio Ambiente y La Subsecretaría de Pesca y Acuicultura (Subpesca) actúan como agencias ejecutoras.
Trabajo en caletas
Chile es uno de los principales países productores pesqueros del mundo, y la pesca y la acuicultura están entre las actividades productivas de mayor relevancia económica y social a nivel nacional. Sin embargo, han experimentado un deterioro que se traduce en efectos socio-económicos negativos tales como la disminución de ingresos de las comunidades pesqueras.
Muchos de los recursos pesqueros de Chile están bajo niveles de explotación que superan la capacidad biológica de los ecosistemas para recuperarse, generando un alto grado de vulnerabilidad frente a los cambios ambientales. En este escenario, el sector de la pesca artesanal es identificado como uno de los que requiere mayor atención.
El subsecretario del Medio Ambiente, Jorge Canals señaló que “existe una gran dependencia socioeconómica de las zonas costeras asociadas con la extracción de recursos marinos. Con la implementación de iniciativas relacionadas con un mejor manejo, gestión y la generación de conocimientos sobre cambio climático buscamos el desarrollo sostenible del sector”.
Este proyecto desarrollará experiencias piloto en cuatro caletas ubicadas en distintas zonas geográficas de Chile: Riquelme, en la Región de Tarapacá; Tongoy, en la Región de Coquimbo; Coliumo, en la Región del Biobío; y El Manzano-Hualaihue, en la Región de Los Lagos. Estas comunidades fueron elegidas por representar ejemplos clave para replicar aprendizajes en aspectos ambientales, técnicos, socio-económicos e institucionales que lleven a implementar en el país un sistema de manejo de pesca y acuicultura con capacidades de adaptación al Cambio Climático.
El subsecretario de Pesca y Acuicultura, Pablo Berazaluce, explicó que “se realizará un trabajo directo con los pescadores, para que a nivel de la caleta se generen capacidades y así poder implementar, en conjunto, medidas de adaptación tales como pronósticos y sistemas de alerta temprana, innovación tecnológica y diversificación. De esta manera, también estamos avanzando en las recomendaciones realizadas por la FAO durante su revisión a la Ley General de Pesca y Acuicultura”.
Resiliencia
Según explicó la representante de la FAO en Chile, Eve Crowley, “los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas tienen metas concretas para conservar y utilizar en forma responsable los océanos, los mares y los recursos marinos, por lo que las acciones que tome el país serán una contribución a estos desafíos”.
“Los países tienen que estar preparados para enfrentar de forma planificada las amenazas que el cambio climático está ejerciendo sobre los recursos pesqueros, que son un elemento clave para la seguridad alimentaria, nutricional y socioeconómica, especialmente de los sectores más vulnerables que dependen directamente de los océanos como la pesca artesanal. Este proyecto es un aporte no sólo para Chile sino que también para el mundo”, afirmó.
El proyecto, que busca aumentar la resiliencia del sector pesquero y acuícola chileno, se basará en el enfoque ecosistémico y precautorio contemplado en el marco legal de nuestro país, el cual promueve de manera integrada las prácticas de conservación, restauración y uso sostenible en el sector marino, y la inclusión de todos los actores en la toma de decisiones.