Mediante un convenio con la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, el Ministerio del Medio Ambiente dio inicio al proyecto “Recuperación de suelos degradados con plantas fito-estabilizadoras y vegetación nativa en las comunas de Quintero y Puchuncaví», que será ejecutado hasta fin de año.
Dicho proyecto que tiene como propósito diseñar una experiencia piloto que permita recuperar suelos degradados mediante técnicas de revegetación y control de erosión para disminuir la degradación ambiental en ambas comunas.
“Con esta acción estamos demostrando que cuando hacemos promesas a la comunidad de Puchuncaví las cumplimos, y ésta en particular tiene relación con una de las iniciativas plasmadas en el marco del Programa de Recuperación Ambiental y Social. Es una muestra que ojalá podamos replicarla en otros lugares de este territorio, porque es necesario recuperar muchos de los terrenos erosionados. Existe una gran presencia de cárcava lo que es muy complejo y difícil de recuperar, pero esta iniciativa es una muestra que podremos hacerlo”, comentó la seremi del Medio Ambiente, Tania Bertoglio.
Como primera etapa se llevará a cabo un levantamiento de información de la calidad de los suelos de las comunas de Quintero y Puchuncaví, donde se contempla la fotointerpretación y supervisión en campo de áreas deforestadas, erosionadas y vulnerables a la degradación.
En la segunda etapa se considera la gestión y recuperación de suelos degradados ya identificados, la cual contempla la construcción de al menos una estación de experimentación con técnicas de remediación de suelos, posteriormente la propagación de especies nativas que sean colonizadoras de suelos degradados y nodrizas de otras especies.
Finalmente se contemplan jornadas de educación ambiental respecto a la recuperación de suelos junto con inauguración de parcelas demostrativas y/o áreas verdes ejecutadas en el proyecto.
Cristian Yulton, profesor de la Escuela de Agronomía de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso dice que “se probarán dos tipos de enmiendas en el suelo. Uno para poder regular PH con enmiendas cálcicas, y otro aportar materia orgánica con turba para poder retener humedad y mejorar la estructura del suelo y darle mejor porosidad a las plantas para que se puedan establecer. Esta acción se puede replicar en cualquier lugar donde tengamos suelos degradados y acidificados por el impacto por actividad minera”.
La iniciativa cuenta con un financiamiento de $17 millones, presupuesto proveniente del Ministerio del Medio Ambiente.