La iniciativa es el resultado de un convenio de colaboración interinstitucional entre el Ministerio del Medio Ambiente, la Universidad de Chile -a través de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas y el Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia CR2- y la Universidad de Concepción.
Con el objetivo de fortalecer la investigación y el desarrollo del conocimiento científico y tecnológico entre la sociedad civil, científicos, tomadores de decisiones y privados, se llevó a cabo el seminario “Redes de monitoreo: implementación norma primaria de benceno en estaciones super sitio de Concón, Quintero y Puchuncaví”.
El evento realizado el 18 de noviembre, en el auditorio d’Etigny de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas (FCFM) de la Universidad de Chile, nació a partir de un convenio de colaboración entre el Ministerio del Medio Ambiente, la U. de Chile – a través de la FCFM y el Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia CR2- y la Universidad de Concepción, el cual buscó instaurar un trabajo articulado para una adecuada implementación del monitoreo de la norma primaria de calidad del aire para el compuesto orgánico volátil (COV) benceno.
El foco del seminario estuvo puesto en la calidad del aire en zonas de transición, también llamadas zonas de sacrificio. En este contexto, la iniciativa buscó abordar un problema complejo como lo es la presencia de contaminantes peligrosos en ambientes urbanos. En la ocasión, se presentó Maximiliano Proaño, subsecretario del Medio Ambiente (MMA); Marcela Munizaga, vicedecana de la FCFM, U. de Chile; Claudia Mardones, decana de la Facultad de Farmacia de la U. de Concepción; y René Garreaud, subdirector de CR2.

Se contó también con las presentaciones de Maureen Amín, profesional de la sección normas, de la División de Calidad del Aire del MMA; Ivonne Moreno, jefa del Departamento Redes de Monitoreo, División de Calidad del Aire del MMA; Rodrigo Seguel, investigador del CR2; y Dietrich Von Baer, académico del Departamento de Análisis Instrumental de la Facultad de Farmacia de la U. de Concepción. Junto con lo anterior, hubo un panel que incluyó a Cristián Tolvett, jefe de la división de calidad del aire del MMA; Roxana Bórquez, académica de la U. de Chile; Juan Pablo Rodríguez, jefe de la sección de calidad del aire y emisiones atmosféricas de la Superintendencia del Medio Ambiente; Rodrigo Seguel y Dietrich Von Baer.
Respecto al tema del encuentro, Maximiliano Proaño señaló que “este año inauguramos la nueva red pública de monitoreo de calidad del aire de Concón, Quintero y Puchuncaví, un sistema moderno, robusto y transparente que permite medir contaminantes claves como el material particulado 10 y 2.5, el dióxido de nitrógeno, el dióxido de azufre y compuestos orgánicos volátiles, entre ellos el BTEX (benceno, tolueno, etilbenceno y xileno). Es una herramienta fundamental para tomar decisiones informadas y que la ciudadanía cuente con información oportuna y de calidad”.
En su presentación, Maureen Amín se refirió a la norma primaria de calidad del aire para el benceno y su creación. “Por todos es conocido de dónde surge esa necesidad. Fue un problema de política pública a raíz de estos eventos de contaminación y de intoxicación, con esta gota que rebalsó el vaso que fueron los eventos en el año 2018 en las comunas de Quintero y Puchuncaví. Por lo tanto, debíamos hacernos cargo con una visión de Estado”, señaló la profesional.
Por su parte, Ivonne Moreno habló sobre esta nueva red de monitoreo de benceno y otros compuestos orgánicos volátiles. Entre los temas abordados, comentó el trabajo que se tuvo que hacer con las comunidades de Concón, Quintero y Puchuncaví para instalar los catorce sitios de monitoreo. “Se dictó una resolución y fue a consulta pública por cerca de un mes, donde la comunidad pudo hacer observaciones a este diseño, a estos estudios, donde pudieron observar y mostrar nuevos antecedentes. Por lo tanto, en este diseño, algunos sitios se movieron, otros se quedaron en el mismo lugar y en otros se sumaron contaminantes que la comunidad quería hacer seguimiento”, explicó la especialista.
El investigador del CR2, Rodrigo Seguel, presentó sobre los desafíos, riesgos y oportunidades presentes en las tres comunas estudiadas. “Nuestra visión es desarrollar colaboración interdisciplinaria y proporcionar infraestructura científica de frontera al servicio del país para enfrentar desafíos locales, regionales y hemisféricos, como en este caso lo es la caracterización del sistema atmosférico”. Añadió que se busca el “desarrollo sostenible del país mediante un vínculo permanente con la sociedad. El trabajo desarrollado por nuestra facultad se basa en ciencia y tecnología y tiene por finalidad proporcionar información ambiental de la más alta calidad al servicio de la comunidad”.
Dietrich Von Baer dio a conocer un caso de estudio llevado a cabo en Hualpén, Concepción y Concón. Una de sus conclusiones es que, en el sur, la mayoría del benceno se genera por la quema de madera, lo que disminuye en la comuna de la zona central. El especialista comentó que “hay dos o tres opciones (para mejorar esta situación), la más eficaz es cambiar la combustión de leña por otra fuente de calefacción, pero eso en el centro y centro sur de Chile tiene un tema económico de por medio, porque podemos calefaccionar con electricidad, pero es bastante más caro. Entonces, hay básicamente dos factores: usar leña seca, porque mejora la calidad de la combustión y, segundo, es el recambio de calefactores, en vez de estufas a leña pasar a estufas a pellet, que sí, emiten algo, pero son emisiones bastante menores”. Añadió que “junto con eso, lo que se está impulsando fuertemente hoy en día es mejorar la aislación térmica para calefaccionar mucho menos”.
Finalmente, en el panel que cerró el encuentro, Roxana Bórquez, investigadora del CR2 y académica del Departamento de Gestión e Innovación Rural de la Facultad de Ciencias Agronómicas de la Universidad de Chile, señaló que “en relación con la confianza, las redes de monitoreo y de alerta temprana son más que tecnología, y cómo se transmite esa información es fundamental. Estamos trabajando en territorios en transición, antes denominados zonas de sacrificio y donde hay mucha desconfianza”.
Sobre el uso de la leña cerró diciendo que “cuando estamos hablando de hogares, los más difícil es reducir el uso de la leña, especialmente en el sur del país. Uno de los desafíos a los que se debe poner atención es que la gente, por una serie de razones, no quiere dejar de usar la leña. Esta articulación y trabajo colectivo entre el sector público, privado y la academia va a tener que hacer un esfuerzo importante por cambiar este tema cultural”.

