La constitución de un Santuario de la Naturaleza en el humedal de Tunquén es una demanda de los vecinos desde hace casi una década, la que finalmente se vio materializada este viernes luego que el Consejo de Ministros aprobara su creación en su última sesión ordinaria.
El área solicitada a declarar como Santuario de la Naturaleza, corresponde a 107 hectáreas, ubicadas en predio de propiedad particular de propiedad de Sara Romo y su familia. El humedal de Tunquén corresponde a una situación muy particular y única de la zona costera de Chile, centrando su valor ecológico en la coexistencia de fragmentos de diferentes ecosistemas; una combinación particular de bosque y matorral esclerófilo, desierto costero, ecosistema dunario, y el humedal propiamente tal, en la desembocadura del Estero Casablanca.
Para el ministro del Medio Ambiente Pablo Badenier “este humedal es un ecosistema que se suma a las áreas protegidas que tiene Chile y que van a estar a disposición de todos quienes quieran conocer la riqueza natural de la zona central de nuestro país”.
El humedal pertenece al corredor ecológico costero, actuando como un nodo de trayectoria ecológica formando parte del corredor ecológico del pacífico y ruta migratoria del Pacífico. Al ser sitio de descanso y nidificación de especies migratorias, su protección y adecuado manejo ambiental permitirá perpetuar la función ecológica que cumple este humedal, y otorgar nichos y hábitat para las especies residentes
Para la dueña del predio donde se emplaza este nuevo Santuario de la Naturaleza, Sara Romo, con esta declaratoria “se cumple nuestro sueños y el sueño de muchos que durante largos años solicitamos esta medida. Este humedal protegido será un activo no solo los que viven acá sino que también los que siempre vienen a vacacionar a este lugar. Hoy este santuario es un legado para Chile”.
En esta misma línea, para el animador de televisión y vecino del sector, Sergio Lagos, la protección de este humedal involucra a toda la Quinta Región y a toda la zona central. “Este gran logro es un ejemplo para la cultura nacional. Nosotros como sociedad debemos aprender a observar las cosas desde diversos puntos de vista, no solo desde la lógica del mercado que regula nuestras acciones sobre todo cuando se trata de ecosistemas tan frágiles como éste”.