Ministerio de Energía realizará primer Estudio de Franjas implementando Evaluación Ambiental Estratégica

Recientemente fueron aprobadas las Bases de Licitación por la Contraloría General de la República para el estudio, entre las subestaciones Entre Ríos – Ciruelos – Pichirropulli, abarcando 420 km de largo en las regiones de Ñuble, Biobío, Araucanía y Los Ríos. Evalúan iniciar el proceso licitatorio durante el segundo semestre 2020.

Con la modificación de la Ley de Transmisión, el año 2016 el Ministerio de Energía fue facultado, a través de los Estudios de Franjas (EdF), para definir las áreas del territorio donde a futuro debiese emplazarse una Línea de Transmisión. Se trata de un proceso socialmente participativo y ambientalmente sustentable: primera vez en Chile que en la planificación y diseño de la transmisión un mandato legal obliga al Estado a implementar la Evaluación Ambiental Estratégica (EAE), la participación ciudadana temprana y cuando corresponda la participación indígena prevista en el Convenio N° 169.

Por lo anterior, desde hace algunos años el equipo de Evaluación Ambiental Estratégica del Ministerio del Medio Ambiente y la Unidad de Franjas del Ministerio de Energía trabajan estrechamente en cómo aplicar la EAE a los Estudios de Franjas. Finalmente, hoy existe la oportunidad de realizar un estudio absolutamente en conjunto y que implemente la EAE, lo que se espera se materialice a partir del segundo semestre de este año, teniendo en consideración los efectos de la actual pandemia y el avance gradual del proceso de normalización que experimenta nuestro país.

“Los EdF serán uno de los desafíos más grandes que enfrentará el Ministerio de Energía durante los próximos años, pues nos llevarán a revisar elementos estratégicos de los procesos de planificación de la transmisión y eventuales perfeccionamientos”, destacó Alfredo Guzmán, Jefe de la División de Desarrollo de Proyectos.

Uno de los beneficios más importantes de incluir la EAE radica en la oportunidad de incorporar los aspectos ambientales y de sustentabilidad de manera temprana al proceso de definición y selección de la franja. La EAE permitirá, desde el principio, establecer objetivos ambientales, enfocarse en los aspectos relevantes del territorio y que requieren de mayor atención, considerar los aportes de otros servicios públicos y actores claves, y propiciar la realización de procesos participativos, todo lo cual guiará, focalizará y enriquecerá el proceso de decisión sobre la franja de territorio a seleccionar.

En este sentido, Gustavo Labbé, Jefe de la Unidad de Franjas de Transmisión destacó que “la EAE y los procesos participativos ciudadanos e indígena tienen sus propios desafíos, al saber contar con la activa participación de diversos servicios públicos y actores claves ciudadanos e indígenas del territorio, de manera de poder anticipar aspectos ambientales, sociales, culturales y productivos relevantes. En ese marco, el desafío del Ministerio de Energía será escuchar y compatibilizar los diversos intereses que coexisten sobre el territorio, de manera que la selección de una u otra franja responda y refleje las preocupaciones de sus habitantes”.

Estudios de Franja y metodología

Según señala Alfredo Guzmán, “Chile enfrenta el desafío de la transición hacia energías limpias y la descarbonización de la matriz energética, en ese marco es necesario fortalecer el sistema de transmisión, tanto en lo técnico como dotándolo de legitimidad social y ambiental”.

La idea se alinea con el objetivo principal que tienen los EdF, que es compatibilizar de la mejor manera posible consideraciones ambientales, sociales y técnico-económicas con la definición de una franja de territorio para la localización de un futuro proyecto de transmisión.

En este sentido, señala Gustavo Labbé que “la EAE es un instrumento clave para logar este objetivo, dado su enfoque estratégico y mirada integral del territorio. Precisamente, la Ley de Transmisión recoge esta necesidad y establece la obligatoriedad de someter los EdF a EAE”.

Los EdF constan de 4 etapas y tienen una lógica de embudo: comienzan analizando un área amplia, denominada área preliminar de estudio de franjas (APEF), la cual es acotada sucesivamente en base a los antecedentes que se recopilen del territorio, llegando finalmente a una franja, denominada franja preferente. El análisis del territorio se realiza en base a los Objetos de Valoración (OdV), que corresponden a variables ambientales, socioculturales y técnico-económicas que tienen relevancia en la localización de una línea de transmisión. La figura, a continuación, muestra un ejemplo ficticio para ilustrar el proceso:

EAE y EIA en la planificación energética

Si bien ambos instrumentos de gestión ambiental son distintos en cuanto a sus enfoques, objetivos y escalas de trabajo, la utilización de EAE enriquecerá y fortalecerá la posterior evaluación de impacto ambiental del proyecto de transmisión. Es así que, por ejemplo, podrá dar luces sobre aquellos componentes ambientales claves del territorio, susceptibles de ser afectados, y en los cuales se deberá poner mayor atención durante la etapa de evaluación de impacto ambiental (EIA)

Con el objeto de identificar posibles espacios de articulación, el año 2018 se elaboró una guía en conjunto con el Ministerio del Medio Ambiente (MMA) y el Servicio de Evaluación Ambiental, que busca entregar lineamientos y promover la consistencia entre ambos procesos de evaluación.

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