La canciller alemana, Angela Merkel, abrió hoy la puerta a que la Unión Europea (UE) amplíe sus objetivos de reducción de emisiones de gases que azuzan el cambio climático más allá de los fijados el año pasado.
La jefa del Gobierno alemán estas declaraciones en su intervención en el sexto Diálogo del Clima de Petersberg, un foro informal que entre ayer y hoy busca en Berlín hacer avanzar las negociaciones multilaterales para encontrar en la Cumbre del clima de París a final de año un sustituto al Protocolo de Kioto.
“La UE ya mandó una señal clara el año pasado al anunciar que reduciría para 2030 en al menos un 30 % sus emisiones con respecto a 1990. Pero el término ‘al menos’ deja la puerta abierta a volver a reflexionar internamente si debemos realizar cambios”, aseguró Merkel.
Alemania anunció a nivel individual que, para ese mismo año, aspira a reducir en un 40 % sus emisiones de CO2 y otros gases contaminantes con respecto a 1990.
La canciller consideró que la UE y los países industrializados tienen que implicarse de manera especial en la lucha contra el calentamiento global, ya que estas economías han contribuido durante “muchos años” al cambio climático, en comparación con los emergentes y en vías de desarrollo.
Asimismo, afirmó que los industrializados tienen la “obligación” de ayudar a los emergentes transfiriéndoles tecnología que les permita reducir sus emisiones.
A su juicio, los “países en desarrollo necesitan apoyo” en primer lugar para “mitigación y adaptación” frente a los efectos ya palpables del calentamiento global -como la desertización, las catástrofes naturales y la subida del nivel del mar- y no cuentan con “medios propios”.
“Tenemos que ayudarles”, apostilló tras recordar que hay “responsabilidades diferenciadas” debido al grado de desarrollo y un “responsabilidad común” que es detener el calentamiento y decarbonizar las economías de todo el mundo para la segunda mitad de este siglo.
El acuerdo que debe salir de la cumbre de París debe ser “comprensivo” con “reglas vinculantes” para empresas y países, un texto que diferencie entre países, que prevea financiación para mitigación y adaptación, y que proponga incentivos para el abandono del crecimiento basado en las emisiones de CO2.
Asimismo, indicó la necesidad de establecer una “agenda con los próximos pasos”, un “plan a largo plazo” y la necesidad de que todos los países presenten sus planes de reducción de emisiones a lo largo de este año.
En su opinión, es necesario un mecanismo de supervisión que certifique si, con los objetivos comprometidos por cada país, se puede cumplir el objetivo final, el de no sobrepasar los dos grados centígrados de recalentamiento.
También consideró necesario la puesta en marcha de un mercado “global” de emisiones de gases contaminantes con un CO2 con un “precio robusto”.