El 7 de marzo fue el evento de clausura del proyecto “Introducción de refrigerantes de bajo o nulo poder de calentamiento global en el sector de las frutas y hortalizas procesadas”, que durante los últimos dos años logró sensibilizar al sector sobre el impacto de la refrigeración industrial en el cambio climático.
La Unidad Ozono del Ministerio del Medio Ambiente, la Agencia de Sustentabilidad y Cambio Climático (ASCC), con el respaldo del Clean Technology Center and Network (CTCN) y la Organización de Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (ONUDI), dieron por finalizado el proyecto “Introducción de refrigerantes de bajo o nulo poder de calentamiento global en el sector de las frutas y hortalizas procesadas”. El evento de clausura se llevó a cabo el 7 de marzo pasado en el auditorio de la Corporación Nacional de Fomento (CORFO), instancia en la que se hicieron públicos los resultados del proyecto y se entregó información sobre una de las alternativas de tecnología de refrigeración sustentable para la industria chilena: el uso de CO2 como gas refrigerante.
Contexto internacional y a nivel país
El uso de gases refrigerantes puede tener un alto impacto en la capa de ozono y en el cambio climático cuando son liberados a la atmósfera. El Protocolo de Montreal ha venido regulando el consumo de estos gases en las últimas tres décadas, obligando a los países firmantes a eliminar gradualmente el uso de clorofluorocarbonos (CFC) e hidroclorofluorocarbonos (HCFC). “En su última enmienda, aprobada en Kigali en octubre de 2016, el Protocolo añadió la obligación de reducir progresivamente el consumo de hidrofluorocarbonos (HFC), sustancias que no afectan a la capa de ozono pero que tienen altos potenciales de calentamiento global”, explicó Lorena Alarcón, consultora de la Unidad Ozono del Ministerio del Medio Ambiente, durante el evento.
Uno de los sectores más importantes en el uso de estos sistemas es el sector de la industria alimentaria. “En Chile, el sector de las frutas y hortalizas procesadas es uno de los más grandes del país, con un total de 250 instalaciones. Sus sistemas de refrigeración contienen gases refrigerantes que acumulan un importante poder de calentamiento global. En este contexto, el CTCN, la ONUDI y las instituciones chilenas, han trabajado de forma conjunta durante los últimos dos años, en la promoción de tecnologías de refrigeración industrial con bajo poder de calentamiento global y nulo impacto en la capa de ozono”, indicó Andrés Celave, del Departamento de Medio Ambiente de ONUDI.
Resultados y alternativas
El proyecto consiguió sensibilizar al sector sobre el impacto de la refrigeración industrial en el cambio climático, y demostró que existen tecnologías de bajo poder de calentamiento global y alta eficiencia energética que pueden hacer de la agroindustria chilena un sector más competitivo y responsable con el medioambiente.
Como parte del proyecto se desarrollaron sesiones informativas con actores del sector en distintas localidades del país, se asesoró a las empresas en alternativas de bajo poder de calentamiento global, se realizó una encuesta sobre el consumo de refrigerantes en el sector, se desarrollaron campañas de sensibilización y programas de formación de técnicos en la tecnología del CO2 como gas refrigerante.
Andrés Celave presentó los resultados del estudio sobre tecnologías alternativas para el sector. “El refrigerante ideal: no inflamable, no tóxico, respetuoso con el medio ambiente, con buenas propiedades termodinámicas y de bajo costo de adquisición, no existe. Sin embargo, entre los sistemas más recomendados encontramos el NH3 y el CO2”, dijo Andrés Celave. Por su parte, Albert Albert, experto Internacional en Sistemas de Refrigeración, fue el encargado de entregar las especificaciones técnicas y los beneficios del CO2 transcrítico, como alternativa de refrigeración para la industria chilena de frutas y hortalizas, al ser una tecnología con bajo poder de calentamiento global.
El proyecto se enmarca en el Tercer Acuerdo de Producción Limpia (APL III) con el sector de alimentos procesados, según explicó Johanna Guzmán, de la Subdirección APL de la ASCC: “Entre los objetivos del APL III se encuentra la incorporación de prácticas de sustentabilidad en el sector, gestión de energía, implementación de energía fotovoltaica y eliminación de gases refrigerantes agotadores de la capa de ozono, entre otros. En esta etapa adhirieron 16 empresas con 24 instalaciones, entre las regiones de la Araucanía a Valparaíso”.
Los informes producidos por el proyecto se encuentran disponibles en la página web de la ASCC: http://www.agenciasustentabilidad.cl/pagina/estudios_y_estadisticas