Si bien la superficie de todos los fiordos existentes en el planeta equivale al 1% de los océanos, estas entradas de mar poseen 11% de los sedimentos marinos donde el carbono orgánico se almacena. Así lo concluyó un estudio internacional que publica esta semana la revista Nature Geoscience.
Una de las mayores fuentes de datos para la investigación provino de los fiordos chilenos, destaca a «El Mercurio» Richard Smith, de la compañía estadounidense Global Aquatic Research y autor principal del estudio. «Están muy bien representados. Para nuestro modelo usamos datos obtenidos por investigadores de varias universidades chilenas. Por cierto, los fiordos chilenos están entre los mejor estudiados».
Determinaron que gracias a ellos se sepultan tres millones de toneladas de C02 orgánico cada año. A nivel mundial, la cifra llega a 18 millones de toneladas.
«Según la agencia de energía de EE.UU., las emisiones de Chile totalizaron 82 millones de toneladas métricas de C02 en el año 2012. Esto significa que al menos 13% de las emisiones anuales de carbono de Chile son capturadas por sus fiordos», dice Smith.
Los investigadores descubrieron que los tres metros de lluvia anuales que caen sobre los bosques del sur escurren hacia los ríos y fiordos llevando toneladas de carbono orgánico.
«Como tenemos una buena estimación de la superficie de fiordos en Chile (240 mil kilómetros cuadrados), podemos calcular la cantidad de carbono que yace en el fondo de ellos», destaca.
Los fiordos son eficientes resumideros de CO2 porque son profundos, reciben gran cantidad de agua rica en carbono desde los ríos, y tienen aguas calmas y con falta de oxígeno en las que el carbono se asienta rápidamente.