La capacidad instalada de energía renovable no convencional (ERNC) en el sistema eléctrico chileno se cuadruplicará hacia el 2018, alcanzando un 20% del total.
¿La razón? La entrada de 44 proyectos de este tipo, en su mayoría proveniente de fuentes solares, versus el ingreso de solo 12 centrales de base, es decir, de energía térmica e hidroeléctrica convencional.
Según el reporte mensual de la Comisión Nacional de Energía (CNE), hasta el 4 de agosto hay 44 proyectos de ERNC en construcción, lo que suman unos 2.214 MW de potencia. Del total, 70% es energía fotovoltaica, 22% eólica, 5% de concentración solar de potencial, 2% geotermia y 1% minihidráulica de pasada.
Dentro de estas se destaca la iniciativa El Romero, de Acciona, de 196 MW, y la eólica Cabo Leones I de la firma de capitales españoles Ibereólica.
Esto, junto a los actuales 2.577 MW de capacidad instalada actual -un 12,5% de la capacidad eléctrica total-, significaría que dentro de dos años 19,4% de la capacidad instalada del sistema nacional (SIC más SING) sería de energía renovable no convencional.
Dicho crecimiento se daría pese a la concreción de la central de ciclo combinado CTM 3 e hidroeléctricas convencionales como la central Ñuble de Eléctrica Puntilla y Los Cóndores de Endesa; unidades que comenzarían a operar en 2018.
“Alcanzar el 20% de la capacidad instalada en hacia 2018/19 es un gran desafío para la industria ERNC y para el sistema eléctrico en general. Estamos seguros de que es posible lograr esa cifra en dicho plazo”, destacó Carlos Finat, director ejecutivo de la Asociación Chilena de Energías Renovables (ACERA).
Adicionalmente, actualmente se encuentran en calificación ambiental 13.817 MW, de los cuales 68% se ubican en el SIC. En total estos proyectos suman cerca de US$35.600 millones.
En el desglose, del total de proyectos en proceso de aprobación ambiental 11.937 MW son renovables, lo que corresponde al 86% del total de proyectos eléctricos en el Servicio de Evaluación Ambiental (SEA).
Sin embargo, lo anterior no significa que el país logre la meta 20/20 dos años antes. Esto porque la ley estipula que el país debe generar el 20% de electricidad para el 2020; pero no mide la capacidad instalada en el país.
La seguridad del sistema. Lo anterior genera dos interrogantes, según explican expertos: la seguridad del sistema y la capacidad del sistema de transmisión.
“Volúmenes grandes de tecnologías intermitentes exigen, además de sistemas de transmisión sobredimensionados para disponer de las holguras exigidas por la variabilidad, una severa coordinación de la operación de despacho de la oferta de distintas tecnologías pero con altas componentes variables ERNC”, advirtió Francisco Aguirre, director ejecutivo de Electroconsultores.
Esto también lo ven desde el gremio renovable, quienes solicitan nuevas obras de infraestructura que soporten el ingreso de este tipo de tecnologías.
“Para aprovechar esta oportunidad (mayor ingreso de ERNC), que claramente beneficia a todo el país, será necesario que las nuevas obras de transmisión – Cardones Polpaico y la interconexión SIC SING – se pongan en servicio y que las centrales generadoras convencionales se encuentren proporcionando la flexibilidad operacional con que cuentan”, dice Finat.
“No solamente nos interesa que el mercado eléctrico funcione con bajos precios sino que sea seguro y estable para que todos contemos con electricidad. Tenemos completamente demostrado en una mesa que se trabajó con el sector privado, que el mercado eléctrico aguanta hasta un 30% de inyecciones de fuentes solares y eólica, sin inversiones adicionales a lo que tenemos hoy día”, destacó la semana pasada el secretario ejecutivo de la CNE, Andrés Romero, al ser cuestionado por la seguridad del sistema tras los resultados de la licitación eléctrica.