Los viajes en bicicleta de los santiaguinos han tenido una tasa de crecimiento anual de un 6,8% en los últimos diez años, llegando a los 748 mil viajes en un día laboral el año pasado, según la última Encuesta Origen Destino del Ministerio de Transportes.
Ante este aumento, y para promover espacios seguros donde dejar estos vehículos, el Ministerio de Vivienda (Minvu) publicó el 4 de junio pasado en el Diario Oficial, un decreto que modifica la Ordenanza General de Urbanismo y Construcciones (OGUC) y establece que todos los edificios públicos y privados que se construyan, y que incluyan estacionamientos para automóviles, deberán habilitar un aparcamiento para bicicleta por cada dos de autos.
Según la ministra del ramo, Paulina Saball, la antigua ordenanza “ya contemplaba que los Planos Reguladores Comunales definieran una dotación mínima de estacionamientos para bicicletas en los edificios nuevos”. Sin embargo, agregó la autoridad, “la norma indicaba a través de un artículo transitorio, que mientras no se definiera esos Planos Reguladores (…) debía considerarse que hubiese un estacionamiento de bicicletas por cada diez de autos”.
La ampliación de estos equipamientos era una necesidad que las agrupaciones de ciclistas venían solicitando hace años. De hecho, un análisis realizado por la Asociación de Defensa del Consumidor Bicicultura ADC y el Centro Bicicultura, sumado a otras organizaciones pertenecientes a Ciclistas Unidos de Chile, concluyó que “el derecho a circular en bicicleta no está garantizado si no se resuelve dónde estacionar”.
Al respecto, Amarilis Horta, directora del Centro Bicicultura, comentó que “con este tipo de medidas, el gobierno, particularmente el Minvu, contribuye de manera muy concreta a fomentar el uso de la bicicleta, haciendo posible que las personas elijan irse en este medio con la certeza de encontrar estacionamiento seguro y gratuito en su lugar de destino”. Horta agregó que el Minvu también está “normando y elevando los estándares de construcción de ciclovías”.
La nueva medida incluye a los edificios de oficinas, de departamentos, servicios públicos, universidades, colegios, centros comerciales y recreativos de todo el país.
La idea de esta ordenanza, según Saball, se debe a la necesidad proveer mayor capacidad de estacionamientos de bicicleta, sin aumentar los costos inmobiliarios. “Esto se logra desincentivando en cierta medida el uso del automóvil, pues es posible para el desarrollo del proyecto, canjear un estacionamiento de automóvil por tres de bicicletas”, aseguró.
También agregó que dado al tamaño reducido de los bicicleteros respecto al de los autos, ampliar la oferta de estacionamientos para bicicletas en los edificios no tendrá un gran impacto. “En el espacio de un auto, de 2,5 metros por cinco metros, caben con comodidad cinco bicicletas”, describió.
Respecto a la administración de estos espacios en los edificios de departamentos, desde el Minvu indicaron el decreto no tiene injerencia en la operación de los bienes comunes.
Manual de aplicación
La adaptación de los edificios a la nueva norma será facilitada por el “Manual de Diseño y Construcción de Biciestacionamientos”, desarrollado en conjunto por el Minvu y las organizaciones ciclistas, en donde se entrega la información necesaria para construir sistemas eficientes y seguros.
“Con este ajuste, Chile se pone a la Cabeza en el continente respecto de este índice y es el país latinoamericano que más favorece el espacio para estacionamientos de bicicletas en relación con el de los automóviles en los edificios”, añadió la ministra.
Según el decano de la Facultad de Arquitectura y Arte de la U. del Desarrollo, Pablo Allard, el decreto está alineado dentro de las recomendaciones que hizo la Comisión Promovilidad Urbana, encargada por la Presidenta Michelle Bachelet durante el año pasado, en la cual él participó. “Estas son medidas concretas para ir incentivando y fomentando el uso de modos no motorizados de transporte”, dijo Allard.
El experto agregó que los estacionamientos de bicicleta ocupan muy poco espacio, especialmente en los edificios de viviendas. “Los primeros pisos, como no son rentables del punto de vista de tener departamentos, por lo general están llenos de salas que se terminan destinando como bodegas”, describió, agregando que estas, “no significan un costo mayor para los inmobiliarios y si significan una gran diferencia para aquellas personas que quieran movilizarse en ese medio, sobre todo en zonas céntricas donde los viajes son más cortos”.
Para Víctor Hugo Romo, representante de la Asociación de Defensa del Consumidor Bicicultura ADC, la medida potencia además la capacidad de la bicicleta de ser un “transporte puerta a puerta”, ventaja que la hace insuperable en ciudades congestionadas, al eliminar los tiempos invertidos en caminar hasta la parada o desde el estacionamiento, las combinaciones, tacos y esperas.
Consultada la Cámara Chilena de Construcción, declinó referirse al decreto.
Publicado en La Tercera