- La ministra del Medio Ambiente, Maisa Rojas, destacó que esta norma es el resultado de “un trabajo técnico muy acucioso y de la búsqueda del equilibrio entre distintas visiones y necesidades de la zona. Nuestro objetivo es la protección de la cuenca y el desarrollo de actividades culturales y productivas”.
Tras 20 años de espera, el Consejo de Ministros para la Sustentabilidad y el Cambio Climático dio un esperado paso para la protección del medioambiente para la región de los Ríos al aprobar la Norma Secundaria de Calidad Ambiental (NSCA) para la cuenca del río Valdivia, la que fija límites de parámetros clave para asegurar la conservación de este importante ecosistema.
En concreto, la histórica norma establece el monitoreo de 15 parámetros -como el pH, oxígeno o nitrógeno- lo que permitirá mantener y mejorar las condiciones ambientales de una de las reservas de agua más importantes de nuestro país.
La cuenca de Valdivia, no solo es vital para garantizar el derecho humano al agua y el desarrollo de las principales actividades productivas de la Región de los Ríos, sino también, es el lugar que alberga la mayor riqueza de peces nativos de todo el país y es el hábitat de más de 2000 ejemplares de cisnes de cuello negro.
La ministra del Medio Ambiente, Maisa Rojas, quien preside el Consejo de Ministros para la Sustentabilidad y el Cambio Climático, comentó que “este es un día histórico. Recordemos que esta norma ha esperado 20 años y que es el resultado de un trabajo técnico muy acucioso y de la búsqueda del equilibrio entre distintas visiones y necesidades de la zona. Nuestro objetivo es la protección de la cuenca y el desarrollo de actividades culturales y productivas”.
Por su parte el Seremi de Los Ríos, Alberto Tacón, destacó algunos de los servicios ecosistémicos que entrega la cuenca, como permitir una diversidad de usos y actividades. “Los antecedentes recogidos durante el proceso de elaboración de la NSCA Valdivia respaldan la importancia que tiene el río, no solo para el turismo fluvial o los deportes acuáticos como el remo, sino para muchas otras actividades económicas como la pesca artesanal y la acuicultura, que dependen directamente de la calidad de agua y el aporte de nutrientes que realiza el río a la bahía de Corral”, explicó la autoridad regional.
La aprobación de esta norma se corresponde con la Estrategia Regional de Desarrollo 2023-2037 y con las recomendaciones de la Evaluación de Desempeño Ambiental de la OCDE para Chile en marzo de 2024, en que una de sus 36 recomendaciones fue avanzar en la creación de normas de calidad de aguas centrándose en las cuencas prioritarias.
Con la existencia de esta norma, si durante dos años se miden excedencias en los parámetros establecidos, el Ministerio del Medio Ambiente deberá elaborar un plan de descontaminación con medidas específicas para recuperar la calidad de las aguas y evitar daños al entorno o la biodiversidad.
Beneficios
El río Valdivia, gracias a su calidad del agua, otorga múltiples beneficios, como el abastecimiento de agua potable y riego; el desarrollo del turismo en la región; la producción pesquera y desarrollo de la acuicultura a pequeña y mediana escala. Además, sustenta un ecosistema que posee al menos 120 especies de plantas acuáticas, 67 de invertebrados acuáticos, 119 especies de aves, 19 de anfibios y 25 de peces. Del total de especies, 27 se encuentran en categorías de conservación.
Adicionalmente, dentro de la cuenca se ubican el Parque Nacional Alerce Costero, cuatro santuarios de la naturaleza, el Sitio Prioritario para la Conservación de la Biodiversidad Curiñanco y cinco humedales urbanos en la comuna de Valdivia.
Historia
Cabe recordar que desde 2005 existen esfuerzos por contar con una norma de calidad ambiental para la cuenca del río Valdivia. Ello se concretó en 2015, sin embargo, el Tercer Tribunal Ambiental ordenó revisar el procedimiento.
En esta segunda oportunidad se ha seguido paso a paso lo establecido en el reglamento de creación de normas de calidad y se han revisado los antecedentes de acuerdo con metodologías y antecedentes actuales. Asimismo, la norma ha contado con diversos espacios participativos, con la creación de un comité operativo ampliado en los que participaron los servicios públicos, academia, sociedad civil y sector privado; de una consulta pública y de una consulta indígena.