El cineasta Ignacio Walker pasó un solitario Año Nuevo en una isla frente a Cachagua. Muchos la conocen como la isla de Los Pingüinos, pero es más que eso: es un área protegida por Conaf llamada Monumento Natural Isla Cachagua.
Walker estuvo la tarde del 31 de diciembre de 2016 grabando las colonias de aves y esperó ahí la medianoche. «A fines de diciembre, es justo el momento en que eclosionan los huevos de las aves que nidifican en la isla. No son solo pingüinos, sino decenas de especies que viven ahí», dice.
Esa noche, durante los fuegos artificiales, no observó el comportamiento de los pingüinos porque anidan en cuevas, pero sí sabe que en ese momento había muchas crías recién nacidas. «No solo la contaminación sonora los altera, sino también la lumínica, el aire se pone tóxico, y esto sin contar los desechos que caen al mar», agrega.
Para Walker -quien ha realizado documentales de vida silvestre para la BBC y Netflix-, la isla es una vieja conocida. En 2010 publicó su trabajó «La isla de los pingüinos», en que retrata la vida de estas aves.
De ahí que celebrara con entusiasmo al conocer que la Municipalidad de Zapallar decidió suspender los fuegos pirotécnicos de este Año Nuevo para proteger a las aves.
El concejal Max Correa explica que el municipio decidió realizar una consulta a los vecinos para no imponer una medida en forma arbitraria. Clara Ringeling (25) fue una de las asistentes a esa reunión, que se llevó a cabo el lunes en la sede vecinal de Cachagua y que congregó, principalmente, a la comunidad residente.
«Es positivo que se cambien las tradiciones para tomar en cuenta el aspecto medioambiental, sobre todo en un lugar que tiene tanta biodiversidad. Lo destacable es que todo esto se decidió en una consulta ciudadana. Se escucharon con mucho respeto los argumentos de las dos posiciones y se votó a mano alzada», dice Ringeling.
La Municipalidad de Zapallar, tradicionalmente, tiene tres zonas de lanzamiento para su espectáculo pirotécnico, que congrega a cerca de 45 mil personas. Cachagua era una de ellas. Finalmente, la decisión fue reemplazar la pirotecnia en esa zona por un juego de luces y música en vivo.
Zona protegida
El islote de Cachagua queda a menos de 100 metros de la costa. «Cuando el mar está calmo, puede llegar gente nadando o en kayak, pero los mismos vecinos se encargan de avisar a la autoridad para denunciar cuando alguien merodea la isla», dice Javiera Meza, encargada de la sección Conservación de la Diversidad Biológica en Conaf.
Está cerrada al paso, salvo para personal de Conaf y quienes realizan estudios con fines científicos o proyectos especiales. «Es la más importante colonia reproductiva de pingüinos de Humboldt en la zona central. Se han contabilizado cerca de 2 mil ejemplares y cerca de 400 parejas se reproducen anualmente ahí», aclara Meza. Es el hogar también de pilpilenes, yecos, gaviotas y pelícanos, pero también de mamíferos como el chungungo.
«En general, se minimiza el impacto que tienen los fuegos artificiales en la costa. Pero es bueno tomar conciencia, ya que año a año su cantidad y duración se incrementan. El problema no es solo su impacto inmediato, sino que ellos pueden estar aportando metales pesados y otros tipos de contaminantes que se incorporan a la cadena alimentaria. No es algo que se esté estudiando actualmente en Chile, pero es de suma importancia», concluye Meza.
Publicado en El Mercurio