Los países en desarrollo han descubierto en el ecoturismo una forma de atraer turistas sin destrozar su paisaje ni esquilmar su biodiversidad. En 2013, la ONU reconoció al turismo ecológico como un recurso clave para luchar contra la pobreza y proteger el medio ambiente, animando especialmente a estos países a impulsar dicha industria. Con el modelo de Costa Rica o Nueva Zelanda como referencia, países que han hecho del ecoturismo su bandera, otros estados despuntan ya como los ecodestinos que se pondrán de moda en los próximos años. Son lugares donde se involucra a la población local en el desarrollo turístico, se construyen hoteles eco-friendly y se protegen los paisajes naturales. Estos son diez destinos donde practicar el turismo responsable sin encontrarse (todavía) con demasiados visitantes.
01 Nicaragua, a la sombra de sus vecinos
A la sombra de su vecina Costa Rica, este pequeño país centroamericano ha decidido imitar su modelo y basar su desarrollo en un ecoturismo de calidad; recursos no le faltan. Aunque todavía tiene mucho por hacer, es el momento de visitar el que está llamado a ser el gran ecodestino de moda. Nos sorprenderán sus áreas protegidas, como el Volcán Masaya, el Volcán Mombacho, Ometepe, el Archipiélago Solentiname, Los Guatuzos o El castillo; áreas en las que se ha animado a las comunidades locales a ofrecer servicios de ecoturismo.
Nicaragua todavía es un país para viajeros con sed de aventura, con magníficos parques protegidos y reservas naturales, enormes volcanes negros y selvas tropicales, enclaves perfectos para el excursionismo. Otros quizá prefieran observar el paisaje y explorar sus bellas ciudades coloniales. Además, sus playas son espléndidas y hay muy buenas zonas para practicar surf y buceo, y todo ello sin que haya llegado el turismo de masas.
02 Turismo ético en Barbados
Hasta ahora nadie ha puesto en duda la belleza natural de Barbados, donde los turistas llevan muchos años disfrutando del Caribe. Pero este país insular está dando un paso más allá, intentando impulsar el turismo a través de prácticas sostenibles. La protección de sus costas se ha convertido en un modelo a seguir para otros países de la región caribeña y ha desarrollado enclaves como el interesante parque Welchman Hall Gully, donde practicar turismo ético.
Entre los paisajes que hay que contemplar, más allá de sus playas, está el parque nacional Farley Hill Mansion, las ruinas de una antigua casa de plantación, espléndida, al norte del municipio de Saint Peter, comparada por sus escarpados paisajes con Escocia. Jardines, prados, gigantescos árboles de caoba y torres de palmeras reales rodean la antigua mansión.
03 Hoteles ‘ecofriendly’ en Uruguay
Sin ser un gran destino turístico, Uruguay juega bien la baza de su discreción a la sombra de dos colosos, Brasil y Argentina. Quienes buscan sitios más naturales y sostenibles, encuentran aquí todavía parajes donde sentirse un Robinson Crusoe, o casi, como el Cabo Polonio, en el departamento de Rocha, donde es posible practicar el ecoturismo en playas solitarias de gran atractivo natural y cultural. La oferta incluye excursionismo, paseos a caballo, pesca, ciclismo y avistamiento de ballenas.
Uruguay destaca también por sus esfuerzos para desarrollar la energía sostenible en un proyecto que aspira a generar, mediante parques eólicos, un 90 por ciento de electricidad renovable. También ha optado por potenciar los hoteles ecofriendly, en los que los amantes del medioambiente se sentirán como en casa. Es el caso de los hoteles flotantes en la Laguna Garzón, un extenso sistema de lagunas de la costa. Además de permitir disfrutar de un entorno natural único, ha integrado a las comunidades de pescadores artesanales locales en el desarrollo turístico.
04 Groenlandia, el paraíso helado
La naturaleza y el clima han preservado del turismo masivo a esta enorme isla, la más grande del mundo. Los que llegan son pocos y lo hacen atraídos precisamente por la soledad, un paisaje único y la cultura inuit. En los próximos años resultará cada vez más atractivo descubrir este insólito lugar de la Tierra, y sus habitantes ya han aprendido a mostrar su cultura local participando activamente en viajes de aventura que incluyen caza tradicional con arpón desde un kayak, alojamiento en refugios cabañas y casas particulares inuit, etcétera.
El único parque nacional de Groenlandia está en el noroeste del país y ha sido declarado reserva internacional de la Biosfera. Virtualmente no tiene población estable, aunque en el verano una amplia comunidad de científicos y militares se ocupa de gestionar el espacio, apto solo para la aventura. Pero en Groenlandia hay otras muchas zonas igualmente interesantes, aunque el hielo todavía cubre el 80 por ciento de la isla (perteneciente a Dinamarca), cuya extensión supera los dos millones de kilómetros cuadrados. La oferta turística incluye travesías en kayak entre icebergs, ballenas y caribús, rutas de senderismo por la tundra, visitas a las ruinas vikingas, pesca de salmón o de bacalao y expediciones a glaciares y a las montañas Ulamertorssuaq.
05 Panamá, las islas de los Kuna
Uno de los próximos paraísos tropicales de moda será Panamá, un país en desarrollo que está cuidando especialmente el medioambiente y la integración de la población local en determinados desarrollos ecoturísticos. Uno de los tesoros naturales es el archipiélago de Kuna Yala, conocido también como las islas de San Blas que forman un territorio semiautónomo del pueblo kuna, con palmeras, playas fabulosas, cabañas con techo de paja y encanto intemporal.
El desarrollo no ha hecho mella gracias a las leyes de conservación impuestas por los propios kuna, así que aquí no hay hoteles horribles que estropeen el paisaje ni turismo masivo que contamine el idílico lugar; tan solo muchas islas deshabitadas por explorar.
06 Reservas privadas y sostenibles en Chile
Este país no es una novedad para los amantes del ecoturismo. Su diversidad paisajística lo convierte en un destino de naturaleza por excelencia. En este estrecho y alargado país podemos encontrar desde el desierto más seco del mundo y selvas templadas en el norte, hasta paisajes de hielo en el sur, todo ello jalonado por 50 volcanes activos y un montón de ríos, lagos y tierras cultivables. Pero Chile apuesta cada vez más por el turismo responsable. Con un 20 por ciento de su superficie ocupada por zonas protegidas, sus parques nacionales figuran entre los destinos más atractivos y solicitados, con más de dos millones de visitantes al año. Los más conocidos, como el de las Torres del Paine, en Patagonia, se llenan de gente, pero la mayoría de las zonas protegidas de Chile son vírgenes y están infrautilizadas. Muchas de sus 133 reservas protegidas son de propiedad privada, aunque existe una asociación creada expresamente para gestionar estas áreas.
07 Palaos, el reino de las medusas pacíficas
Este archipiélago del Pacífico está considerado uno de los destinos más exóticos del mundo porque todavía cuenta con territorio virgen y muchos paisajes naturales de excepción. Quizá porque, también, es uno de los países que más destaca por la conservación de sus riquezas naturales: casi el 30 por ciento de sus áreas marinas y terrestres están protegidas.
Uno de sus mayores atractivos es el Lago de las Medusas, paradisíaco y de agua salada; algo así como una sopa gigante de color turquesa con ingredientes vivos. Esta laguna tropical del archipiélago micronesio late con decenas de millones de gelatinosas medusas, graciosos seres marinos que hacen piruetas formando un coro infinito de bailarinas traslúcidas a las que no hay que temer: millones de años de aislamiento y evolución han hecho casi inocuas sus picaduras, así que los buceadores cautos tienen la posibilidad de unirse a su refinada danza. El lago de las Medusas está en la isla de Eil Malk, a la que se llega en barco desde Koror, con un permiso especial.
08 Letonia y Lituania, ecoturismo europeo
Si no queremos salir de Europa, proponemos acercarnos a los países Bálticos, donde se está haciendo un gran esfuerzo en la protección ambiental y el turismo sostenible. En Letonia, por ejemplo, descubriremos lugares como los parques nacionales Gauja y Slitere, dos de los rincones más conocidos del país para hacer ecoturismo. Y en Lituania, el Parque Nacional Aukstaitija es reconocido como uno de los principales lugares de interés turístico, con más de cien lagos interconectados por ríos y riachuelos, y cubierto por bosques de pinos centenarios.
Además, Letonia se ha ganado el título de destino ecoturista por sus esfuerzos para reducir las emisiones de efecto invernadero, a lo que contribuyen los abundantes bosques y los pantanos de la zona. Es el país con menos emisiones de carbono y Riga una de las ciudades más limpias del continente europeo.
09 Cabo Verde, el Sahara en el Atlántico
En 2013 estas islas africanas fueron reconocidas por el Banco Mundial, junto a las islas Mauricio, por su esfuerzo para expandir el turismo sostenible. Se anunció entonces un ambicioso plan para lograr que, en 2050, su abastecimiento energético provenga íntegramente de renovables. Su diversidad geográfica, que incluye montañas, volcanes, valles y llanuras, hace de este lugar un destino de gran atractivo natural. Los parques nacionales de Monte Gordo y de la Sierra de la Malagueta son dos de los lugares protegidos que hay que visitar, mientras la ciudad de Boa Vista se ha convertido en la capital del ecoturismo caboverdiano, con una biodiversidad muy abundante e interesantes proyectos de turismo ecológico. La industria turística ha descubierto hace poco el atractivo de su paisaje de llanuras arenosas y largas playas blancas azotadas por el viento seco del desierto, bautizado como el Sahara en el Atlántico. El ecoturismo se esfuerza por mostrar sus impresionantes escenas de la naturaleza a los turistas de una manera totalmente sostenible, implicando a los habitantes de estas regiones y preservando los frágiles ecosistemas vírgenes de la isla.
Cabo Verde es especialmente conocido por las ballenas, especialmente las jorobadas, que encuentran aquí uno de los escasos lugares del Atlántico norte donde reproducirse, con marzo y abril como los meses pico de cría, cuando las ballenas acrobáticas pueden ser avistadas en las costas oeste y suroeste de Boa Vista, y los machos pueden ser escuchados cantando desde las profundidades, en parte para atraer a las hembras y en parte para protegerse de otros machos.
10 El frágil equilibrio de Belice
A pesar de ser uno de los países más pequeños de Sudamérica, Belice es uno de los que más ha apostado por el ecoturismo, con un mayor número de recursos y esfuerzos invertidos en la conservación de su flora y fauna. El turista que viene a este destino lo hace para disfrutar de sus hoteles eco, de sus parques naturales y de un ecosistema marino muy bien conservado.
La barrera coralina de Belice es parte del gran sistema de arrecifes mesoamericano que va desde la península del Yucatán (México) hasta las islas de Bahía (Honduras). Este tramo de 300 kilómetros recorre la costa caribeña de Belice, acogiendo 100 tipos distintos de coral y 500 especies de peces. El buceo con tubo es la principal atracción, con lugares como el Agujero Azul, un hoyo de 300 metros de amplitud y 124 de profundidad, a unos 70 kilómetros del litoral. En 1996, la Unesco declaró el arrecife patrimonio mundial, pero el calentamiento global, el aumento de la contaminación y el turismo incontrolado amenazan la salud de este frágil ecosistema marino.
Otra de las zonas protegidas más famosas de Belice es la reserva natural de la Cuenca de Cockscom, una amplia franja de bosque tropical que desde 1984 es la primera reserva de jaguares del mundo. La habitan unos cincuenta ejemplares que no son fáciles de ver, pero con expertos se puede participar en circuitos restringidos.
11 ‘Pollitos’ anfibios en Dominica
Esta isla caribeña se mantiene sorprendentemente virgen de turismo convencional, en comparación con los países vecinos. Por ello, las autoridades han decidido apostar por desarrollar el ecoturismo en muchas de sus áreas naturales para ofrecer una propuesta diferente: hay hoteles ecológicos y actividades de conservación como anidación de tortugas marinas.
En Dominica quedan todavía bosques nativos casi sin alterar y el gobierno está haciendo notables esfuerzos para conservar especies únicas, como los pollos de montaña, una extraña especie de rana que solo habita en dos islas del mundo. Dominica también está trabajando en la expansión de la energía solar para convertirse en una nación exenta de dióxido de carbono en 2020 y, en paralelo, desarrolla mejoras en el bienestar social que acompañen y complete su modelo de turismo sostenible.