Columna de opinión de Yoal Díaz Reyes, Seremi del Medio Ambiente de la Región de Aysén
El inicio de un nuevo año siempre marca el inicio de un ciclo, que bien sabemos la importancia que tiene en los ecosistemas y nuestro entorno. Es bien sabido también, que el rol del concepto medioambiente, es mirar con perspectiva comunitaria el mundo, poniendo el valor el diálogo y los acuerdos para el progreso de sus comunidades y el entorno al que pertenecen. Hoy quiero partir poniendo en valor este nuevo ciclo, cómo el 2024 se presenta como una oportunidad para avanzar en objetivos comunes para beneficiar a las vecinas y vecinos de nuestro país y de nuestra región, y para eso, necesitamos que pasen cosas.
Partamos hablando de las condiciones de base que sustentan esto: el 2023 fue un año lleno de hitos relevantes, podemos destacar algo ya mencionado en otras columnas, la ley 21.600 o Ley de la Naturaleza, que por fin completa la institucionalidad ambiental, para así generar una mejor gobernanza en los territorios de las áreas silvestres protegidas (ASP), paso clave para abordar los desafíos de la triple crisis (climática, de pérdida de biodiversidad y de contaminación) que vivimos actualmente. Otro paso importante es que, gracias al diálogo que llevamos adelante con la industria salmonera, y en conjunto con el ministerio de Economía, relocalizaremos concesiones acuícolas fuera de las ASP, hecho que se produce luego de 13 años de tramitación, siendo el diálogo y voluntades de todos y todas, lo que llevó al entendimiento, para así mirar el futuro con optimismo, a través de un estrecho trabajo colaborativo de nuestro gobierno con las industrias regionales, ¡ya que la región de Aysén será una de las principales beneficiadas!. Estos ejemplos son la evidencia de lo que hemos planteado como gobierno, el diálogo es fundamental y seguiremos tendiendo puentes, escuchando a todos los sectores y actuando siempre bajo el marco de la ley.
Continuamos ahora en las proyecciones: el 2024 será espacio para dar un salto importante en nuestro país en cuanto a crecimiento a través del desarrollo sustentable y sostenible. Presentaremos el proyecto de ley que reforma la ley 19.300, la Ley de Bases Generales de Medio Ambiente, que busca fortalecer el rol del Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental, poniendo en valor la experiencia adquirida con los años de implementación, así como el diagnóstico que pide su modernización. Sabemos que esta ley se vuelve parte importante para avanzar en distintos proyectos a lo largo y ancho del territorio, por lo que el trabajo escuchando a organizaciones, mundo público y privado, así como a la ciudadanía, logra un proyecto de ley que busca poner en equilibrio el pilar social, ambiental y económico del desarrollo de los territorios, y para eso nuestro Ministerio será garante de que podamos avanzar con foco en el pilar ambiental y sin perder de vista los otros dos. Adicionalmente, el acuerdo de Escazú, que permite una mayor democracia ambiental, avanza sin pausa en el Plan de Implementación de Acuerdo de Escazú (PIPE), paso clave en hacer parte a las comunidades y quiénes son parte de la protección de los ecosistemas en su conjunto, generando condiciones de diálogo incidente con todos y todas. Recuerda que está abierta la participación ciudadana del PIPE, ¡suma tu voz a través de los cabildos autoconvocados!
Finalmente miremos la meta: Todo objetivo que trazamos requiere acción y para eso todas las manos, la escucha, y los acuerdos son fundamentales. Nuestro Ministerio está a disposición siempre del diálogo, del entendimiento con todos y todas, con el respeto a la naturaleza y sus procesos, pero por sobre todo, para avanzar en el desarrollo sostenible de nuestro país y de nuestra querida región, acá estamos, listos y dispuestos para que el 2024 sea esa gran oportunidad para encontrarnos…y para eso, ¡seguimos!