- La regulación, por la realidad chilena, beneficiará a las ciudades donde operan las fundiciones de cobre, ya que estas instalaciones de acuerdo al inventario de emisiones de fuentes puntuales representan el 99% de las emisiones de arsénico en el país.
El arsénico, elemento químico que puede tener graves impactos en la salud, actualmente no se encuentra regulado en Chile a través de una norma primaria. Es por eso que el Ministerio del Medio Ambiente está trabajando en una nueva norma primaria de calidad del aire para este contaminante, que fijará un máximo de presencia de este elemento como concentración anual, lo que beneficiará a varias ciudades del país.
Este lunes 17 de abril el Ministerio del Medio Ambiente presentó el anteproyecto de Norma Primaria de Calidad del Aire para Arsénico, dando inicio al proceso de participación ciudadana que se extenderá hasta el 13 de julio. Las personas pueden entregar sus observaciones en https://consultasciudadanas.mma.gob.cl. El documento propone un límite de concentración de arsénico en el aire de 23 nanogramos por metro cúbico (ng/m3), en línea con las recomendaciones de la agencia medioambiental de Estados Unidos (EPA). Para calcular la superación de la norma se considerará un promedio de la concentración anual de tres años sucesivos. En caso de estar cerca de superar la norma o al constatar que fue sobrepasada, se debe declarar la zona como latente o saturada, con lo que se da inicio a la elaboración de un Plan de Prevención y/o Descontaminación Atmosférica para, en este caso, el arsénico. Los planes incluirían medidas para reducir la contaminación por arsénico, las que sumarían acciones que impactarían en las fundiciones como fuentes puntuales y otras fuentes fugitivas de esas comunas. El subsecretario del Medio Ambiente, Maximiliano Proaño, comentó que «con esto saldamos una deuda que teníamos como país. Nuestro objetivo es fortalecer y mejorar el marco normativo para proteger la salud de las personas. La elaboración de esta Norma Primaria de Calidad del Aire para Arsénico permitirá el desarrollo de planes de prevención o descontaminación en los territorios donde se acerque o supere el umbral establecido. Los planes incluirán medidas concretas para reducir el arsénico presente en el aire». «Esto se complementa con los otros esfuerzos normativos que estamos haciendo como, por ejemplo, la revisión de la norma de emisión para fundiciones de cobre y fuentes emisoras de arsénico. Esta nueva norma vendrá a sumar a los esfuerzos que el Ministerio del Medio Ambiente está realizando en las zonas de Transición Socioecológica Justa, como una medida más para avanzar hacia el desarrollo sustentable”, añadió el subsecretario del Medio Ambiente, Maximiliano Proaño. En Chile, el 99% de las emisiones de arsénico generadas por fuentes puntuales, corresponde a las fundiciones de cobre, por lo que la futura aplicación de la norma tendría impacto en las comunas en las que se ubican estas instalaciones. De acuerdo a información recopilada por el Ministerio del Medio Ambiente, las comunas en que se han encontrado concentraciones más elevadas de arsénico son Calama y Copiapó -Tierra Amarilla en donde se deberá evaluar de manera prioritaria si la norma sería sobrepasada o no De acuerdo al Análisis General de Impacto Económico y Social (AGIES), elaborado en el marco del anteproyecto, se calcula que el costo para las fundiciones Chuquicamata (Calama) y Hernán Videla Lira (Copiapó), sumado ambas, sería de 476.607 UF al año, unos US$21 millones. Eso sí, también se proyecta que los beneficios de la aplicación de la normativa supera las 311.648 UF al año (unos US$13 millones).