Columna de opinión por Mónica Saldías de la Guarda, Seremi del Medio Ambiente Región de Aysén.
Este martes 26 de enero se conmemora en el mundo el Día de la Educación Ambiental, una fecha particular, si consideramos que en Chile los establecimientos educacionales están de vacaciones durante esta celebración. Sin embargo, bien hemos aprendido que la Educación Ambiental es un proceso constante que involucra a toda la ciudadanía y no es exclusiva de colegios, liceos y jardines infantiles, que si bien son nuestros grandes aliados a la hora de promover buenas prácticas ambientales, no son los únicos invitados a formar parte de este camino.
El concepto de educación ambiental se utilizó por primera vez en el año 1972, en Estocolmo (Suecia) durante la realización de la Conferencia Internacional sobre el Medio Ambiente. Tres años después, en Belgrado (ex Yugoslavia), se realizó el primer Seminario Internacional de Educación Ambiental y se firmó la Carta de Belgrado, documento que enfatiza en la importancia de una reforma educativa para que la juventud reciba otra clase de educación más relacionada con el medio ambiente.
Por tanto la educación ambiental nos aporta valores, como la coherencia de las generaciones en el cuidado del planeta, la austeridad y el consumo responsable de los recursos que nos entrega la naturaleza, y se vuelve parte de la esencia más profunda del ser humano, aquella que nos habla de la relación que debemos tener con la Tierra y con los otros, y que juega un rol fundamental en la solución de problemas tan urgentes como la crisis climática y sanitaria que hoy enfrentamos.
Desde ahí, la educación ambiental es una de nuestras herramientas más valiosas para crear conciencia de los compromisos individuales y colectivos que debemos tomar para hacer frente nuestras problemáticas medioambientales y así también, para la generación de nuevas conductas más respetuosas y solidarias con el planeta.
Nuestro Ministerio del Medio Ambiente desarrolla múltiples programas de educación ambiental, en la región de Aysén ya 100 establecimientos educacionales se han sumado al proceso de Certificación ambiental, manifestando el compromiso explícito de incluir en forma transversal la educación ambiental como parte del currículo educativo y sello institucional, así también lo han hecho los municipios, incorporando prácticas y políticas de gestión ambiental; también la comunidad organizada se ha sumado mediante el Fondo de Protección Ambiental, de los procesos de participación ciudadana y de los programas de relacionamiento comunitario. En todos ellos, la educación ambiental es un elemento guía en la relación que tenemos con las comunidades.
Precisamente porque sabemos que la educación ambiental es un factor CLAVE, es que en Aysén, hemos apostado a un programa especial de Educación Ambiental en Calidad del Aire, que gracias al apoyo del Consejo Regional, hemos podido extender a toda la comunidad regional con instancias educativas, de información y diálogo; este programa tan añorado nos ha permitido sensibilizar a casi 900 personas de todas la comunas de la región, incluyendo ya a 30 organizaciones sociales y comunitarias.
Sin duda la “generación del cambio” está más en sintonía con que la vida en nuestro planeta no es gratuita y requiere de cuidado y respeto, pero es tarea de todos trabajar para que esta mayor conciencia quede arraigada. Este día de la educación ambiental, los queremos incluir todos, porque todos y cada uno somos potenciales agentes de cambio, y con pequeñas acciones vamos interviniendo nuestro entorno y no solo en términos de reciclaje y buenas prácticas, sino en la
sensibilización de nuestros amigos, familiares y vecinos., juntos podemos fortalecer los espacios de educación ambiental y apostar a una Patagonia más sustentable.