Un estudio del Proyecto GEF “Corredores Biológicos de Montaña” (GEF Montaña), del Ministerio del Medio Ambiente (MMA), denominado “Clasificación y Caracterización de los Ecosistemas Terrestres” arrojó que el 70% de las especies de flora identificadas en 17 municipios de la Región Metropolitana y 5 de la Región de Valparaíso son nativas, y que la mitad de ellas son endémicas.
El levantamiento de los registros se realizó en 506 puntos distribuidos en 64 localidades dentro de estas dos regiones, georreferenciando datos de presencia de flora en 180 formaciones vegetacionales ubicadas entre los 1 y 2.700 m.s.n.m. Según Jaime Rovira, supervisor técnico del Proyecto GEF Montaña y profesional de la División de Recursos Naturales y Biodiversidad del MMA, el estudio contribuyó con información reciente sobre la riqueza de especies de flora vascular del área, donde actúa el proyecto GEF Montaña, “haber encontrado estas altas tasas de endemismos nos habla de la importancia de la biodiversidad aún existente en los ecosistemas naturales de la Zona Central de Chile. Por tanto, de una riqueza genética única a resguardar”.
La muestra fue levantada entre octubre y noviembre de 2017, a cargo de la consultora ambiental GEOBIOTA, y abarcó la zona alto andina de la cordillera de Los Andes Central; los bosques y matorrales esclerófilos del Valle Central; los bosques húmedos de las quebradas en ambas regiones; hasta la vegetación característica de la cordillera de La Costa. Petra Wallem, jefa de la línea de Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos del GEF Montaña, explica que “esfuerzos como estos nos permiten identificar qué localidades albergan especies amenazadas, y/o endémicas, e identificar el valor ambiental de una localidad en particular en términos de su diversidad biológica, y a su vez, permite a las comunidades conocer y valorar su patrimonio genético”.
Registro en GBIF
El estudio levantó 10.000 registros de flora vascular que serán incluidos en el Global Biodiversity Information Facility (GBIF), una base de datos internacional cuyo objetivo es que la información científica sobre biodiversidad esté disponible para todos quienes la requieran. Esta base de datos es el más grande repositorio a nivel mundial en la materia y, en ella, se puede encontrar información sobre distribución de plantas, animales, hongos, microbios, y datos de nombres científicos.
La información florística fue curada y mejorada por parte del equipo GEF Montaña, siguiendo estándares de calidad generados en conjunto con el Departamento de Conservación Especies del MMA. “La conservación de la biodiversidad necesita datos de presencia de especies y herramientas analíticas para generar conocimiento que permita la toma de decisiones y la creación de políticas de biodiversidad basadas en evidencia. Los usos de estos datos para generar información y conocimiento se materializan en políticas públicas, estrategias y planes de acción, manejo y uso del medioambiente, investigación y educación, entre otros”, afirma Leisy Amaya, profesional del Departamento de Conservación de Especies, del MMA.
En cuanto al valor de los registros, “es una base de datos que entrega información puntual, que se alimenta con antecedentes sobre el estado de la biodiversidad en las localidades muestreadas. Permite por primera vez tener caracterizada la composición florística en un momento preciso, como una fotografía, lo cual la hace una base de datos más concentrada en tiempo y espacio respecto a otras bases publicadas en GBIF de Chile”, acota Sofía Flores, integrante del equipo de Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos, del GEF Montaña.
SIMBIO
El Proyecto GEF Montaña ha estado trabajando desde 2017 en el diseño e instalación del Sistema de Información y Monitoreo de Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos (SIMBIO) de la Región Metropolitana, el que tiene como gran desafío dar expresión en el territorio a los valores de la biodiversidad y sus servicios ecosistémicos y, con ello, orientar la gestión de los tomadores de decisión del país.
En este sentido, esfuerzos como el presente catastro florístico u otros estudios relacionados con el levantamiento de información sobre ecosistemas y especies son significativos a la hora de intentar hacer “un juicio sobre la salud de nuestra biodiversidad”, en palabras de Jaime Rovira.
“Para construir un sistema de información y monitoreo de biodiversidad se debe conocer la diversidad biológica. Si bien parece redundante u obvia la respuesta, lo cierto es que pocas veces se sabe qué especies componen la diversidad biológica en una localidad en particular, o en qué condición se encuentra en el presente. Para ello, esfuerzos de muestreo como éstos permiten ir llenando vacíos de conocimiento de nuestro territorio”, concluye Petra Wallem.
Para revisar la base de datos puede ingresar aquí: https://www.gbif.org/dataset/f69687da-edff-43a7-be3a-6ec8a6f80a1d