Este jueves se realizó la primera reunión anual del Comité Operativo para la Evaluación del Impacto Ambiental sobre el Medio Ambiente Antártico, la cual tuvo por objetivo capacitar a los miembros nuevos en aspectos generales de la evaluación ambiental antártica y revisar los proyectos presentados durante el año 2016.
El Comité es presidido por el Ministerio del Medio Ambiente y participan el Intendente de la Región de Magallanes y Antártica Chilena Jorge Flies, Seremi del Medio Ambiente Juan Marcos Henríquez junto a representantes de la Dirección Antártica del Ministerio de Relaciones Exteriores, Ejército de Chile, Armada de Chile, Fuerza Aérea de Chile, Instituto Antártico Chileno (INACH), Comité de Protección Ambiental (CEP), SAG, Seremi de Salud y Sernatur.
De acuerdo a lo que informó el seremi Juan Marcos Henríquez, “la idea era cerrar expedientes de iniciativas y proyectos que se desarrollan en la Antártica y que fueron sometidas a evaluación en su momento y la mayoría de ellas estaba encasillada en el ítem de logística y transporte de materiales al territorio Antártico. Es decir, las embarcaciones que llevaron carga en forma puntual, desembarcaron y volvieron”.
Una vez que el Comité Operativo para la Evaluación del Impacto Ambiental sobre el Medio Ambiente Antártico aprueba los proyectos, se procede a elaborar la resolución final de aprobación del proyecto, la cual autoriza al titular a ejecutar la actividad.
Chile, como Parte Contratante del Tratado Antártico y a la vez adherido al Protocolo de Madrid, ha establecido y se ha comprometido a evaluar ambientalmente los impactos que generarán todas las actividades y/o proyectos realizados por ciudadanos o instituciones chilenas en el continente blanco.
De acuerdo al Protocolo de Madrid, la evaluación ambiental se puede clasificar en Evaluación Ambiental Preliminar; Evaluación Ambiental Inicial y Evaluación Ambiental Global, cuando sus impactos son considerados mayores. De los proyectos 11 proyectos evaluados, 10 se clasificaron en Evaluaciones Preliminares, ya que estaban relacionados con deporte, logística, transporte de carga y levantamiento de información base, generando impactos mínimos sobre los ecosistemas. Mientras que el restante, tenía relación con la modificación de circuitos turísticos y podría presentar mayores impactos, razón por la cual fue evaluado con Evaluación Inicial de Impacto Ambiental.