Ley SBAP: Proteger para avanzar

Por Nicolás Smith de la Carrera, Encargado Área Cambio Climático SEREMI del Medio Ambiente Región de Aysén.

La conservación, protección y restauración de ecosistemas son unas de las herramientas más importantes y efectivas para enfrentar la crisis ambiental, climática y, por cierto, ecológica en la que convivimos hoy. Estas herramientas buscan re-estructurar la relación humana con su medio a través de la ecología y tienen su cara más visible en el establecimiento de áreas de protección de la naturaleza como parques y reservas. Estas han sido, en estricto rigor, grandes corrales de naturaleza que hemos acordonado para limitar nuestro modus operandi y ocupación del territorio, y con ellos incentivarnos a relacionarnos y a valorar de mejor forma nuestro entorno.

En Chile y desde hace casi 100 años venimos creando y manteniendo estas áreas de conservación como las Reservas, Monumentos, Santuarios y Parques Nacionales, que hoy administra CONAF, y a las que se suman otras áreas como los Parques y Reservas Marinas, las Áreas Marino Costeras Protegidas, humedales urbanos y de importancia internacional, Áreas de conservación de pueblos indígenas, Parques y Reservas privadas.

La reciente aprobación por el senado de la Ley que crea el Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas (SBAP), significa contar con una de las herramientas más fuertes para gestionar y continuar reuniendo la mayoría de estas áreas de conservación, protección y restauración. Nuevamente, una muy buena estrategia para el futuro. Fueron 13 años de tramitación para completar la institucionalidad ambiental chilena, de poder comenzar a integrar labores dentro de un servicio que tiene por objetivo la protección de la biodiversidad dentro y fuera de las áreas protegidas, de forma independiente, descentralizada, con personalidad jurídica, patrimonio propio y mejor financiamiento, cuyo instrumento principal será el Sistema Nacional de Áreas Protegidas y que contenga amplio respaldo a la participación del diseño y gestión de estas áreas por parte de las comunidades.

Sí, es una gran noticia para seguir avanzando hoy. Avanzando sobre la protección de nuestros ecosistemas, ya consagrado para áreas altamente sensibles, pero necesario aún para otras figuras expuestas a la amenaza de especies exóticas, donde otros mecanismos legales y de planificación buscarán remediar en el corto y mediano plazo. Sí, proteger para avanzar. Así lo demuestran, por ejemplo, las metas contenidas en la Estrategia Climática de Largo Plazo, nuestra carta de navegación de los compromisos climáticos, que nos instruye que al 2030, el 100% de las Áreas Silvestres Protegidas, terrestres, marinas y acuático continentales, tengan un plan de manejo actualizado y en implementación efectiva, incluyendo medidas de adaptación al cambio climático. Para nuestra región se trabaja en que las 20 áreas de protección actuales tengan planes que aseguren minimizar los riesgos e impactos, que las actividades que ahí se emplazan sean compatibles con ésta, con la categoría y su objeto de protección, y que progresivamente las especies clasificadas como amenazadas cuenten con planes de recuperación, conservación y gestión de especies oficializado.

La ley SBAP, que contiene 154 artículos y necesitará de la elaboración de decenas de reglamentos, nos refuerza también la necesidad de seguir reconectando(nos) con estas áreas: restaurando y

regenerando, por ejemplo, a través de corredores biológicos, conectando paisajes, ecosistemas y hábitats, que permita asegurar el mantenimiento de la biodiversidad y procesos ecológicos y evolutivos y evitar la fragmentación de hábitats. Objetivos para que las áreas protegidas dejen de ser islas y que la gestión de nuestro territorio y maritorio respondan a regenerar los ecosistemas degradados en nuestra región y que imperiosamente debemos seguir cuidando. Así restauramos para seguir avanzando.

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Publicado en Región de Aysén del General Carlos Ibañez del Campo.