Un fósil de ave con dientes de hace 115 millones de años hallado en Brasil revela el origen de las plumas

Por primera vez se encuentra en Sudamérica un ave de la era de los dinosaurios que todavía conserva una parte de su plumaje.

El hallazgo fue realizado en el noreste de Brasil por un equipo de investigadores de la Universidad Federal de Río de Janeiro, el que además reconstruyó en tres dimensiones el aspecto de este pájaro. Su descripción aparece en un estudio que publica hoy la revista Nature Communications.

«Nunca antes se habían encontrado fósiles de aves que conservaran todavía restos de plumas en este continente, era casi un privilegio de China», dice David Rubilar, paleontólogo de vertebrados del Museo Nacional de Historia Natural. De hecho, según el estudio, aparte del gran país asiático, solo se habían encontrado ejemplares con plumas pobremente preservadas en Mongolia y España, pero nunca en el hemisferio sur.

El ave, del tamaño de un colibrí, tenía unas largas plumas traseras que, según el autor principal del trabajo, el paleontólogo Ismar de Souza, no tendrían utilidad para el vuelo, sino que podrían estar asociadas con el rito sexual, el reconocimiento de diferentes especies o la comunicación visual. Algo parecido a lo que ocurre hoy con el ave del paraíso o el pavo real.

Además, el desarrollo de los huesos que pueden observarse en el fósil indica que el pájaro murió joven, aunque su cola tiene la envergadura que tendría en un ejemplar adulto. Debido justamente a esta situación no pudo ser identificado claramente como una especie nueva, pero provisionalmente fue clasificado dentro de la familia Euenantiornithes , es decir, de las aves más modernas que vivieron en el Cretácico hace unos 115 millones de años.

El fósil todavía conserva ciertas características más cercanas a los dinosaurios, como unos pequeños dientes, precisa Rubilar.

No se trata de los primeros fósiles de aves encontrados en la región. En 1994 se halló en Argentina el Neuquenornis volans, pero es mucho más moderno, ya que vivió hace 83 millones de años.

La formación Crato, donde se hallaron los restos del ave, es famosa por sus fósiles, especialmente de peces, dinosaurios e insectos.

Publicado en El Mercurio

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