Publican anteproyecto de la norma secundaria de calidad ambiental de las aguas de la cuenca de Rapel

Un importante paso ha dado el Ministerio del Medio Ambiente en el camino hacia la protección de las aguas del país, luego de que fuera publicado el anteproyecto de la Norma Secundaria de Calidad Ambiental para las aguas superficiales de la cuenca del Río Rapel. La norma busca mantener y mejorar la calidad de las aguas de la cuenca ubicada en la Región de O´Higgins y, de esta forma, conservar los ecosistemas acuáticos y servicios ecosistémicos, entre los que destacan once especies nativas, todas las cuales presentan alguna categoría de conservación.

Según la Ley 19.300 de Bases del Medio ambiente, esta herramienta de gestión ambiental establece los valores de las concentraciones y períodos, máximos y mínimos aceptables de sustancias, elementos energía o combinación de ellos, cuya presencia o carencia en el ambiente pueda constituir un riesgo para la protección o conservación del medio ambiente o la preservación de la naturaleza.

Específicamente para la norma de la cuenca del Río Rapel, ésta determina los valores máximos para 23 contaminantes, que pueden presentarse en las aguas de los más de 13 ríos primarios y los 72 ríos secundarios compuestos por esteros, arroyos y quebradas, entre otros. Para determinar estos niveles, la herramienta de gestión ambiental definirá 23 áreas de vigilancia, desde las cuales se extraerán las tomas de muestra para realizar los análisis.

Algunos de los principales elementos que regulará la norma son: cobre, aluminio, fierro, molibdeno, zinc y arsénico en cuanto a metales y nitrógeno y fósforo en cuanto a nutrientes, que en elevadas concentraciones son considerados contaminantes por su nivel de toxicidad. La liberación de estos elementos está relacionada con rubros tales como la minería, la producción de pollos y cerdos.

Construyendo la norma

La publicación de este anteproyecto es el resultado de un acabado y extenso trabajo que  nace el 2014, luego de que la resolución exenta 714 del MMA acumulara los procesos de construcción de las normas secundarias para los ríos Cachapoal y Tinguiririca, cuyos inicios datan de 2004 y 2007, respectivamente.

Para Ivalú Astete, profesional del Departamento de Asuntos Hídricos y Ecosistemas Acuáticos del MMA, este proyecto “ha significado todo un desafío para el equipo, ya que se presentó ante nosotras una cuenca en donde la contaminación difusa- producida por la aplicación de purines de cerdo de cría intensiva- representa una importante presión para los ecosistemas acuáticos. Ante esta realidad, diferente a las demás cuencas que hemos trabajado, innovamos metodológicamente para incorporar estos contaminantes y su proceso de difusión al medio acuático. Otra innovación aplicada al análisis fue la utilización de una nueva metodología para la identificación y cuantificación de beneficios asociados a una futura reducción de emisiones, lo que facilitará la toma de decisiones”.

El paso siguiente para esta norma, es someterla al proceso de Participación Ciudadana, que permitirá que todas las personas, empresas, fundaciones o entidades del país registren sus impresiones y observaciones sobre el anteproyecto. Esta etapa tendrá una duración de 60 días hábiles –posterior a la publicación– para finalmente convertirse en proyecto definitivo durante el primer semestre de 2017.

La nueva norma permitirá proteger los principales ríos de la cuenca de Rapel, entre los que destacan los ríos Cachapoal, Claro, Cortaderal, De los Cipreses, Del Portillo, Pangal, Rapel y Tinguiririca, y los esteros Alhué, Carén, El Rosario, Las Cadenas y Zamorano, los que a su vez cuentan con la presencia de especies como el Bagrecito, Pejerreyes, Pochas, Carmelitas, Cauques, Lisas, Bagres y el Tollo de Agua Dulce, entre otros.

“Esta norma beneficiará a toda la actividad económica de la región de O´Higgins, cuyo sector exportador es relevante para el país, pues los productos que provengan de esta cuenca, tendrán una especie de “sello verde”, pues su denominación de origen será una cuenca de la cual el Estado se está haciendo cargo para mejorar sustantivamente sus estándares de calidad ambiental, lo que cimienta el camino de la sustentabilidad”, concluyó Astete.

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