Los desafíos de América Latina frente a la escasez de agua en las zonas rurales

Baldes y botellas que sirven para racionar el uso del agua, pobladores que restringen gota a gota el consumo de este recurso para evitar su agotamiento y localidadesazotadas por sequías son algunos de los escenarios que se repiten continuamente en las zonas vulnerables de Latinoamérica y que, además, son las más golpeadas por el cambio climático.

Es una realidad: según este estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en América, alrededor del 17% de la población rural en la región (sin contar Venezuela y Las Bahamas) no cuenta con acceso a agua potable y el 33% de la población rural no presenta servicios básicos de saneamiento, situaciones que imposibilitan el desarrollo de sus actividades básicas y repercuten en sectores claves como la agricultura.

A pocos días de que se conmemore el Día Mundial del Agua (22 de marzo) cabe preguntarse ¿Cuál es el nexo entre el cambio climático, las zonas rurales y la escasez de agua?

Yerko Castillo Ávalos, magíster en recursos hídricos e investigador del Centro de Estudios Ambientales de la Universidad Austral de Chile, sostiene que las zonas rurales dependen de la agricultura, una actividad que depende del agua (subterránea o superficial). Las lluvias y la recarga de los acuíferos tienen ciclos estacionales, los cuales también dependen de ciclos planetarios, como por ejemplo, el fenómeno de El Niño.

“El cambio climático tiene como una de sus consecuencias la alteración de los ciclos estacionales y planetarios, lo que genera, por ejemplo, que el fenómeno de El Niño se haya acortado hacia fines del siglo pasado, y actualmente está en una etapa mucho más ambigua, dado que en los última década no se ha sentido con la intensidad ni periodicidad acostumbrada”, explica el experto a ConexiónCOP.

Otra consecuencia del cambio climático, explica, es la alteración de las frecuencias e intensidades de los eventos climáticos extremos como las lluvias, sequías o tormentas. Ello genera que dichos eventos sean mucho más severos en algunas regiones.

“Otro ejemplo es la sequía que estamos viviendo en Chile hace 4 años –subraya–, lo que repercute indudablemente en la planificación y existencia de la agricultura, dado que los sistemas agrícolas de las zonas rurales dependen directamente de las condiciones climáticas”, añade.                                                                       

Al respecto, el Quinto Informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) detalla que el cambio climático traerá consigo cambios en los caudales de los ríos, en su carga de sedimentos y estacionalidad. Esto puede afectar la disponibilidad de agua potable debido al posible daño de instalaciones de tratamiento de agua durante inundaciones y su calidad, debido al aumento de la concentración de contaminantes en las sequías.

Saneamiento y agua potable en las zonas rurales de Latinoamérica

Al verse afectada la agricultura y la escasez de agua, el principal problema que afrontan los pobladores de las zonas rurales es la amenaza de la vida misma. Pamela Poo, coordinadora del Observatorio Parlamentario de Chile, sostiene que, con la escasez de agua, muchas comunidades no pueden velar por su economía a gran escala.

“Se ve amenazada también la dignidad de las personas al no poseer saneamiento, lo que implica que se desarrollen enfermedades y no puedan llevar a cabo sus actividades básicas; además, están amenazados los medios de sobrevivencia y el desarrollo de muchas comunidades que no pueden velar por su economía a gran a escala y, por ejemplo, se ve obstaculizada la agricultura familiar”, sostiene la especialista.

Del 33% del pobladores del continente americano –es decir, tres de cada diez– que viven en zonas rurales y no cuentan con servicios de saneamiento, los casos más graves se presentan en Latinoamérica, específicamente en Bolivia y Haití, donde apenas el 9% y el 10% de pobladores, respectivamente, acceden a una cobertura de saneamiento mejorado. A ellos les sigue Perú (36%) y Nicaragua (37%); mientras que las naciones en las que la cobertura llega a mayor escala son Uruguay (99%) y Costa Rica (96%).

La cobertura de agua potable en las zonas rurales en Latinoamérica se da en mayor escala en Paraguay (100%) y Uruguay (100%), seguidos por Costa Rica (91%) y Guatemala (90%). En contraste, los países donde existe menor acceso al agua potable son Haití (55%) y Perú (61%).

Publicado en: Conexiocop.com 

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